El sudoku de los no inscritos del Betis
Los agentes le estaban buscando equipo a Luiz Felipe, que escaló en el orden de prioridades. La LFP aceptó las modificaciones en su contrato.
El éxtasis verdiblanco en el terreno de juego, por la sabiduría de Pellegrini, desentona con los vaivenes, la improvisación y las frenéticas consultas de los mandamases del Betis a la Liga de Fútbol Profesional para sacarse la peliaguda espina de los no inscritos. Luiz Felipe, que cumplió su sanción pendiente en Son Moix, fue el primero en salvarse de la quema porque ya estaba preparando las maletas. El resto es un sudoku, si no llegan palancas, soluciones imaginativas u otras alternativas financieras.
La LFP dio por buenas las modificaciones en el contrato de Luiz Felipe. El traspaso de Bartra al Trabzonspor no había sido suficiente, de ahí la demora de una semana para que el central italo-brasileño fuera uno más en el plantel, cuando ya esperaban haberle activado ante el Elche. La inquietud hizo cundir el pánico en su entorno. Sus agentes ya le estaban buscando destino. De repente, había pasado a ocupar el primer puesto en el orden de prioridades, que tenía serigrafiado el nombre de Bravo.
La falta de remedios fue cambiando el plan. Los capitanes, por ascendencia en el vestuario, iban a ser los primeros en ser inscritos. Bravo, además, es el portero titular de Pellegrini. Le seguían Guardado y Joaquín. Como no hay seguridad de que todos los dorsales tengan actividad a partir del 1 de septiembre con el cierre del mercado, las incorporaciones cobraron relevancia. Son apuestas de club. Willian José y Luiz Felipe de rendimiento inmediato e inversiones generosas. Y Luiz Henrique como presumible generador de plusvalías.
Bravo y Guardado, si no llega el Betis a tiempo, están amortizados. Faltaría resolver el destino de Joaquín, que rectificó a final de temporada y decidió postergar su despedida. El portuense formó parte de la expedición a Palma para estar con sus compañeros. Pellegrini aguarda esta semana a que se levanten “las cartas”.