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REAL MADRID - VALENCIA

Aprobados y suspensos del Real Madrid contra el Valencia: Vinicius habla en el campo

Doblete del brasileño en un día donde el foco volvió al terreno de juego, acompañado por un Rodrygo imperial con otros dos tantos. Carvajal, también goleador, y Camavinga, estupendos.

Actualizado a

Una fiesta. “Así, así, así gana el Madrid” a todo trapo, coreado por un Bernabéu encendido. Carvajal descorchó el partido con una jugada de museo y los brasileños se encargaron del resto. Vinicius llegaba a un partido donde el ruido exterior era enorme, pero habló en el campo. Dos tantos, el primero con el pecho y el segundo con un chut decisivo. Sin Bellingham, la mejor noticia es que el 7 y el 11 están de vuelta. Porque Rodrygo regaló otro encuentro sobresaliente. Otro doblete, tantos de goles como de asistencias. El de Osasco ha quitado el tapón al bote de kétchup. No hay más. Una manita para que el Madrid se marche al parón con una sonrisa de oreja a oreja, como la de un Camavinga imperial una noche más como pivote.

Lunin: Sigue de dulce. Mucho. La lesión de Kepa le ha abierto una oportunidad que el ucranio está tiñendo de dorado. Un error de los centrales blancos lo solventó Lunin con una parada de reflejos ante Hugo Duro. Minutos después, en el 15′, se mostró rocoso de nuevo ante el ariete valencianista en un mano a mano. Una pena para Andriy el tanto final de Hugo Duro, un borrón ante el que estaba vendido..., pero casi detiene.

Carvajal: hiperbolizar a un futbolista con el recorrido de Carvajal es complicado, pero su estado de forma está en los picos más altos de su carrera. Si ante el Sevilla fue un cabezazo de killer, contra el Valencia fue un tanto de extremo puro. Control orientado a un pase delicioso, pared con Rodrygo y zurdazo a la red. Sólo en la 2013-14 había marcado dos tantos, en la 2023-24 ya los ha enjaulado con dos tercios de curso por delante... Y acarició el doblete en el tramo final. En defensa estuvo sólido, sin sufrir ante Canós ni ante un Valencia que perdió todo el fuelle en la segunda parte.

Nacho: el capitán pudo lucir el brazalete de inicio gracias a la sanción de Rüdiger. Mostró un mejor nivel que Alaba. Cumplió, sí, aunque los atacantes valencianistas le pusieron en ciertos apuros en la primera parte. En el paradón inicial de Lunin, por ejemplo, no logró encimar a tiempo a Hugo Duro. Donde sí se mostró muy pulcro fue con el balón en los pies. Casi impoluto y con varios envíos exitosos en largo. En el segundo tiempo creció bastante, mejoró su nota media y fue el líder de una zaga muy cómoda.

Alaba: no tuvo su día, como no está teniendo su temporada. Lunin salvó los muebles cuando Alaba permitió a Hugo Duro que se anticipase en el 10′ y perdió la marca en un par de situaciones más en la primera parte. Con el balón trató de construir y dejó un buen pase largo para Valverde y una falta directa que dejó algún ‘uy’ en la grada, pero el austríaco está muy lejos de aquel que levantó una silla al cielo del Bernabéu rumbo a la 14.

Mendy (68′): vive con el foco constante a la espalda y no logra apagarlos. Su fuerte es el uno contra uno defensivo, donde suele mostrarse férreo. Pero Fran Pérez, si bien es cierto que el extremo es uno de los mejores regateadores de LaLiga, le dio algún dolor de cabeza y dejó una sensación alejada de la solidez de antaño. En campo contrario, Mendy se mostró voluntarioso, como de costumbre pues su ímpetu es innegable, pero no tuvo filo y acierto.

Valverde (59′): si el Halcón es innegociable para Ancelotti, es por algo. En la sala de máquinas resalta menos a simple vista que como falso extremo, aunque su papel como coche escoba y líder de la presión a la salida rival es fundamental para desactivar los ataques rivales. En una incorporación chocó con Mamardashvili y se dio un fuerte golpe en el costado. Otras noches ha aglutinado muchos más flashes, siendo el protagonista, pero siempre suma en intangibles y cumple como actor de reparto.

Camavinga: Tchouameni debe darse prisa en su recuperación. Una noche más como pivote, una noche más diferencial. Omnipresente. En tareas de intendencia, una lapa e intenso al duelo. Marca registrada en su fútbol. Como sus conducciones de ruptura, recortes y dinamismo constante. El de Cabinda cortó, agilizó y dejó alguna jugada de levantar a la grada. Y tiene 21 años. Sobresaliente.

Kroos: la asistencia a Carvajal fue de Rodrygo, pero todo comenzó con un desplazamiento de Kroos de los que no tienen fecha de caducidad. Con Camavinga y Valverde se encuentra muy cómodo, pudiendo centrarse en la construcción mientras sus escoltas cortocircuitan a los rivales. El alemán está a un nivel excelente y rozó el gol(azo), con una falta directa en el primer tiempo que pegó en el larguero.

Brahim (68′): si contra el Braga fue un elemento diferencial, en su segunda titularidad consecutiva, tercera del curso, brilló menos. No le favoreció el jugar más acostado en la banda izquierda, en un 4-4-2, y ello le restó presencia ofensiva en el tramo inicial. El malagueño regaló conducciones peligrosas y desmarques al hueco. Trató de romper líneas y un pase filtrado delicado para Vinicius, pero sin tanta incidencia en territorio hostil. Aunque la artillería la portó la pareja brasileña, se marchó ovacionado.

Rodrygo: ha vuelto. No hay más. Esa definición contra el Braga, guinda de su partidazo, ha tenido su punto y seguido contra el Valencia. Dos pases de gol, dos propios y otro encuentro indetectable para el rival. Rodrygo canalizó la creación de peligro, se mostró muy insistente y con querencia constante por el regate y fue una pesadilla para el Valencia. Tras su asistencia a Carvajal y a Vinicius, el redondeo llegó por partida doble. Primero, al aprovechar un fallo en la salida de balón de Mamardashvili. Con la derecha, enroscado, pase a la red. Y casi a última hora, con el Valencia entregado, caracoleó en el área y definió con elegancia. Rodrygo ha recuperado el ángel.

Vinicius (82′): si el partido estaba marcado en rojo para alguien, ese era Vinicius. Primera ocasión en la que se enfrentaba al Valencia tras los episodios racistas de la temporada pasada. Y el de São Gonçalo habló en el campo. Prácticamente desde el pitido inicial estuvo tan irreverente como acostumbra, encarando a Thierry una y otra vez. Paladeó el tanto con un eslalon donde rodeó a su marca y su chut se marchó desviado por poco. Pero hasta ahí. En el 41′, Rodrygo le cruzó un balón delicioso y Vini le quitó el envoltorio... ¡con el pecho! Pleno de confianza, en la segunda parte fue un huracán y pilló un balón en el tercio final de campo. Conducción corta... y derechazo al palo corto desde el borde del área. Sublime.

También jugaron

Modric (59′): el croata fue el número 12. No es suficiente para alguien como Modric, pero tendrá que acostumbrarse a la alternancia. Con el partido roto, Luka estuvo comodísimo controlando el tempo.

Fran García (68′): ha perdido fuelle y Ancelotti parece preferir a estas alturas a Mendy. Se incorporó al ataque en cuanto pudo.

Lucas Vázquez (68′): jugó unos minutos como extremo, hasta que Carvajal abandonó el campo y volvió al lateral.

Joselu (82′): sin apenas tiempo para incidir en el juego, no pudo agrandar su embrujo con el Santiago Bernabéu.

Nico Paz (82′): otro más y ya son dos partidos consecutivos. Nico no tuvo tantos minutos como frente al Braga, pero importantísimo que Carletto le vuelva a dar una oportunidad.

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