Beth Mead llevaba dos varapalos duros en los últimos meses. Una lesión de gravedad a finales de 2022 y la pérdida de un ser querido en los primeros días del nuevo año. Todo esto a unos meses de disputarse el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Una cita marcada en rojo por la delantera del Arsenal y que ha terminado para ella con un tercer varapalo, ya que no podrá disputarlo.
Fue en noviembre de 2022 cuando sufrió una rotura de los ligamentos durante un partido ante el Manchester United. Se cayó el mundo a sus pies. “Sé fuerte. Volveremos mejores”, escribió Alexia en su perfil oficial de Twitter a la delantera del Arsenal. “Lo sabes”, le contestó Mead, acompañando sus palabras con un corazón y un emoticono de fortaleza.
El 7 de enero de 2023, la mayor tragedia vivida en su familia: la pérdida de su madre tras años luchando con el cáncer. “Nuestros corazones están rotos, faltará una pieza para siempre, pero el cielo ahora ha ganado un ángel especial. Si el amor pudiera haberte salvado, habrías vivido para siempre”. Se llevó ver a su hija brillar en Wembley y lograr ese título continental.
La LCA le llega en mejor momento de su carrera, después de liderar a Inglaterra en la Eurocopa, siendo nombrada Bota y Balón de Oro del torneo. Es curioso, ya que pasó de desterrada por su selección a ser la gran estrella.
En 2021 fue la gran olvidada de Inglaterra en los Juegos Olímpicos de Tokio. La anterior seleccionadora -Hege Riise- decidió prescindir de sus servicios por “no tener el nivel para acudir a la cita olímpica”. Mead siguió luchando con más fuerza si cabe para el día que le llegara de nuevo su oportunidad. Y le llegó.
Fue gracias a Sarina Wiegman, que cogió las riendas de Las Lionesses para el torneo europeo, cuando volvió a escena. “Es increíble. Ella se ha mantenido en contacto conmigo regularmente; ella me hizo un FaceTime la noche antes de la concentración, solo para comprobar que estaba bien. Ella sabía que era la primera vez que no acudía desde mi lesión”.
“¿El Mundial? Siendo realistas, la próxima temporada sería lo sensato pensar, ¡pero yo no soy sensata! La Copa del Mundo es obviamente mi motivación. Quiero dar lo mejor de mí para llegar a un Mundial. Si no está destinado a ser, no está destinado a ser, pero es algo por lo que luchar y alcanzar”. Mead lo ha dado todo hasta el final para estar en el gran evento, pero el milagro no se ha producido.
Con su espíritu indomable y con empujones fuertes de una estrella desde el cielo, Beth Mead liderará al Arsenal para seguir siendo una de las grandes estrellas del universo fútbol. Lo hará con coraje, con perseverancia. Con más ganas que nunca. Esa rotura de ligamentos, ese Balón de Oro y ese The Best que se quedaron a la orilla, y por último, la ausencia de su madre, merecen una recompensa, aunque esta no llegue en un Mundial que no será lo mismo sin ella.