El Juvenil de Arbeloa se la pega en Alkmaar

En el partido 36 se rompió la racha de encuentros sin perder del Juvenil A del Real Madrid. El anterior fue el pasado sábado la final de la Copa del Rey Juvenil, ganada con brillantez al Almería (2-1), pero en el 36 los muchachos de Arbeloa se la pegaron en casa del AZ Alkmaar, un equipo mucho mejor de lo que indica la entidad del club neerlandés y la mejor prueba es que ha reventado a los dos mejores canteras de España. En octavos le hicieron un 3-0 al Barça y después de apear a La Masia el vigoroso equipo tulipán se deshizo de la gran joya de La Fábrica con un 4-0 labrado en la primera parte en cuatro minutos.

La potencia de Meerdink y el recorrido a campo abierto cual locomotora de Poku fueron factores insuperables para el equipo blanco. El Juvenil madridista sabía que tenía una misión compleja y sobre todo muy física en su visita a los Países Bajos y aún así comenzó mandando y probando a Owusu-Oduro en un buenísimo cabezazo picado de Jacobo. Arbeloa desplegó un once con siete futbolistas de campo ofensivos (la cobertura quedó para el pivote Chema y los centrales Manu Serrano y Jacobo) con vistas a hacer labor de zapa en el entramado del AZ, parapetado en Stam y Schouten. Con Manuel Ángel encargado de la bola de derribo, César Palacios y Gonzalo por dentro, el equipo local se contentó durante los primeros 25 minutos con que no pasase nada. O si pasaba, que fuera en el área contraria a balón parado. Y pasó. Una caída de culo de Beukers combinado con una salida blandita de Diego Piñeiro terminó con la pelota escapándosele de las manoplas al portero madridista y el resultado fue un churrigol del que el AZ hizo hasta embutidos. Piñeiro pidió falta, el resto del equipo acusó el gol y el equipo neerlandés vio esas dudas y jugó la carta Poku. El internacional holandés Sub-19 cazó al conjunto de Arbeloa en un contragolpe acelerado por su velocidad fuera de lo común. Un 2-0 apenas en el minuto 29 que fue una losa de la que psicológicamente no se pudo librar el Juvenil madridista. Pudo aliviarse y mucho si una ocasión clarísima de Pol Fortuny en el minuto 41 hubiera ido dentro. Eso habría aligerado el cierto aire pesimista que envolvió al Madrid.

Manu Serrano tuvo la llave a la remontada

El paso por el descanso redujo un poco ese nubarrón mental y el Juvenil blanco subió la intensidad física para igualar por esa vía al AZ Alkmaar. Una medicina que funcionó y el equipo madridista se pareció más que nunca al de siempre esta campaña. Un nutrido grupo de talentos que embotella al rival y genera ocasiones casi en tromba. En Alkmaar fue más bien chirimiri pero cuando empezaba a calar aconteció la acción clave en el marcador final. Minuto 75 y Manu Serrano gozó de un cabezazo sin marcaje alguno en el área pequeña pero se le marchó bombeado y fuera. El central se echó las manos a la cabeza y el resto del equipo le imitó un minuto después, cuando el AZ volvió a exhibir su alucinante pegada. Esta vez, con Meerdink. Desde ahí, el Juvenil apenas pudo lamerse las heridas y Beukers echó sal en ellas con el cuarto tanto.

El Juvenil de Arbeloa no podrá por tanto levantar el trofeo europeo que se fue a La Fábrica blanca en 2020 de la mano de Raúl. Aún así, le queda otro gran frente. Ganar el Grupo V de División de Honor y tras eso la Copa de Campeones. Un doblete que, pese al tropezón europeo, le confirmaría como el equipo Juvenil más dominante de esta generación dentro de nuestras fronteras.