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Las Palmas

"Esto es un naufragio; o Las Palmas espabila o nos vemos pronto en Segunda B"

La imagen dada el sábado por la UD escenificó todos los males del equipo y de la propia entidad, cuya práctica del desapego le separa de la afición.

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"Esto es un naufragio; o Las Palmas espabila o nos vemos pronto en Segunda B"
Carlos Diaz-RecioDiario AS

Como en tantos ámbitos de la vida, por no decir en todos, se minusvalora el cómo en favor del qué. Tampoco es que tengan que ir a la par, pero son tantas las ocasiones en las que hay que darle idéntica importancia que no es tema menor. Que se lo digan a la Unión Deportiva Las Palmas, cuya infame imagen del pasado sábado contra el Girona escenificó los infinitos problemas que atenazan al equipo de García Pimienta y ponen en evidencia la gestión, a todos los niveles, de la entidad amarilla.

Ocurre que lo vivido en el “egesé” fue un compendio de errores, unos inherentes al partido y otros tantos como consecuencia de una gestión deportiva e institucional que va proa al marisco. No es otra cosa que la ejemplificación de la deriva. Deportivamente hablando, la expulsión de Mujica dejó a la UD con un futbolista menos, aunque por su forma de comportarse sobre el césped bien pareciera que tuviera algunos más. La segunda parte evidenció los problemas estructurales de la plantilla, y la autoexpulsión de Navas liquidó cualquier otro debate. Entre eso y el final del partido fueron muchos los aficionados que enfilaron gradas arriba en busca de bares donde compartir penas o coches y guaguas en los que regresar a donde sí les tratan como en un verdadero hogar, el suyo propio. Mucho antes de todo eso, las colas para entrar eran interminables.

Bien es cierto que nunca es tarde si la dicha es buena, pero más allá del hastag #LaUniónHaceLasPalmas bien haría el club en facilitar el acceso al EGC cuando vienen bien dadas. Así, de poco o nada valió la oferta de que cada abonado pudiera sacar, para ver al Girona, una entrada al 50%. Ocurre que la UD tiene, según datos facilitados por la entidad tras el cierre de campaña de socios, 11.115 simpatizantes con carné. Sin embargo, a esta cita, según datos oficiales, acudieron 12.591 personas, muchas invitadas. En teoría, argumento al que el club se agarra sin ir más allá, no había excusas. El horario era perfecto, venía uno de los mejores equipos de la categoría y “hacía bueno” en la capital grancanaria. Mas la gente apenas respondió.

“Es una pena que fuera tan poca gente teniendo en cuenta esos condicionantes, pero no es algo que venga de ahora”, asegura Ione García Cabrera, siempre fiel a las citas futboleras de Siete Palmas. “Entiendo que la afición está súper desilusionada con porque empezamos muy bien, con un buen entrenador, muy buenos fichajes. A medida que pasa la temporada la gente va perdiendo un poco la fe en el equipo”, reconoce.

En el cacareado Las Palmas-Girona también estuvo presente, como siempre, Juani Marrero. No se concibe un partido de la UD sin la sana presencia de esta joven del sureste en la Grada Sur, muy cerca del córner, ni que le pudieran las ansias de centrar una pelota. “Nos cita el equipo y la gente se mueve pero no anima”, analiza con cierto pesar. Y eso que determinados sectores de la afición, según cuenta en Diario AS, hacen todo lo posible por movilizarse: “Hace varias jornadas, Ultra Naciente nos citó 30 minutos antes del partido y allí estábamos, éramos pocos pero animábamos entonces. A mi manera de verlo, prefiero más calidad a la hora de darle alas al equipo que animar”.

Juani, quien no se despoja de su bufanda amarilla cada vez que va al “egesé”, ahonda en su profundo disgusto. “A la hora de la verdad solo animan la Naciente, la peña Germán Dévora y los pocos aficionados sueltos que estamos por la grada. Entiendo que a la gente le cueste y que mucha fue porque era un partido llamativo más la ilusión puesta en el equipo. No es por criticar a nadie, pero se nota quiénes realmente hemos estado en el barco. Los que no abandonamos ni con un 1-3 en contra”. “¿Sabes dónde terminé de ver el partido?”, pregunta ella al periodista. De vez en cuando, bienvenido sea el intercambio de papeles. Ella se marchaba del recinto de Siete Palmas, pero no mucho. Algo le decía que podría tener lugar un milagro. “Arriba, delante de la tienda de la UD. Cuando nos metieron el tercero sí que me iba a ir pero se anuló, luego vino una falta a favor y dije: “Venga, va, que nos quedamos 2-2…”. No pudo ser; se añadieron seis minutos y el Girona metió el definitivo”.

Otros, como Ione, inevitable su presencia en el sector B17 de la Grada Curva, víctimas de la desesperación, acaso “un arrebato”, abandonaron el partido antes de tiempo. “Sí, me dio un arrebato y me fui”, reconoce. Con todo el pesar y un corazón amarillo que no deja de latir por su equipo favorito. Tantas cosas se juntaron el sábado… “No suelo hacerlo nunca. Recuerdo haberlo hecho una vez, hace años, más o menos por lo mismo. No solo es el juego del equipo. Resalto mucho las redes sociales porque hoy es lo que se lleva, está a la orden del día. La gente va con una mínima esperanza y ve que no avanzamos, que solo se dan pasos hacia atrás, así que entiendo que se levante y se vaya”, analiza.

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Twitter más EGC.

Tan activa siempre en redes sociales pese a los pequeños disgustos, Marrero anima a la afición de Las Palmas a protestar contra la gestión del club de una manera más eficiente. “Protestar por Twitter en una milongada”, dice con mucho afán. Ahora que se empiezan a mover los hastags #RamírezVeteYa o #RamírezVendeYa, que “invitan” al presidente y máximo del club a dar un paso al costado, insiste en esta reflexión: “Solo consigues dos cosas: ir a la gresca con gente que ni te va ni te viene y luego que la cuenta de la UD te bloqueé, que en mi caso si lo hicieran ya sería la cuarta vez por usar esos hastags. No está mal porque trasladas por redes el malestar, pero que no se quede ahí: si no estás conforme con el presidente lo gritas en el estadio”.

Juani insiste: “Esto es el pez se que muerde la cola. ¿De qué vale un hastag si luego no gritas en el Estadio?”. “Que conste que lo seguiré utilizando aunque ya me hayan bloqueado cuatro veces”, deja claro. Ocurre que “mucha gente piensa que Twitter es la vida real, pero no es así”. Y todo ello por mucho que el presidente ofrezca una actitud “chulesca” desde el palco: “Puedes hacer una movilización en Twitter y llevarla a la grada. Por mucho que 400.000 aficionados pusieran #RamírezVeteYa, ¿te crees que a Ramírez se va a inquietar? Se le cae la cara de vergüenza en el estadio, pero ahora es tan chulo que encima se regodea cuando le gritamos”.

Esta corriente de opinión, la de hacer ostensibles las quejas hacia la gestión del club también durante los partidos, es compartida por García. “Me gustaría que la gente acudiera. En redes sociales todos somos muy valientes, entre amigos somos muy valientes, pero a la hora de la verdad es cuando tenemos que dar la cara. Debemos acudir totalmente en masa y ponernos en nuestros sitios y protestar como hacen en otros clubes”.

Todo ello por el ejercicio de Las Palmas de una particular libertad de expresión, según Ione, avalando solo aquellas opiniones favorables: “No hay que olvidar que nos han estado incluso bloqueando y eliminando vía twitter, sobre todo. Y eso, quieras o no, a la gente le duele. Que el propio club te bloquee de una red social por decir lo que uno piensa…. No dejamos de estar en un país libre. Y más en una red social, que cada uno tiene que ser responsable de lo que pone, lo que dice, siempre que no se falte al respeto ni se insulte”.

Igualmente, ahonda en lo que entiende como una necesidad vital para evitar el triste devenir actual de Las Palmas: la unión entre la afición como símbolo. Cuanto peor, mejor para el club. Apuesta por evitarlo por mucho que se tire “tierra encima”: “Quizás aquí me tire un poco de tierra encima. Yo nunca he ido pero esta vez, si se hace alguna quedada en forma de protesta, de dirigirse a los mandatarios o al mandatario, allí estaré. La cosa ya se está pasando de castaño oscuro. Siempre era consciente de la plantilla que teníamos, salvábamos la temporada… Este año se hicieron muy buenos fichajes, hay muy buena plantilla, y el cambio de entrenador ha sido tres pasos atrás. Me gustaría que la gente acudiera en masa”.

Precisamente, el relevo de Mel lo califica como “la peor decisión en años”. “Vale que los resultados no han sido los que queríamos pero estábamos en el camino, estábamos a tres puntos de la zona de playoff y ahora estamos a ocho. El cambio fue muy a peor”, entiende. Va un poco más allá: “Estamos hablando de un entrenador sin experiencia por mucho que haya estado en el Barcelona. No deja de ser un equipo de Tercera o la antigua Segunda B. Para mí no fue para nada acertado. Creo que estábamos en el camino. Faltaba esa chispa para que el equipo consiguiera buenos resultados y estuviera arriba. Creo que incluso el equipo, los jugadores, estaban con el entrenador anterior”.

El hastío de Juani, amarilla de cuna, no es incompatible con seguir animando, pase lo que pase, a los futbolistas. “Ahora se pueden pedir cabezas, la de MÁR la primera. Pero creo que lo primordial es darle aliento a estos futbolistas para que, por lo menos, consigan la permanencia”, considera. Con los playoff como una quimera en estos duros momentos para Las Palmas, Marrero lanza una seria advertencia: “Si de por sí el equipo está quebrado, si la afición le cae en peso ahora a la plantilla nos vemos cantando la dimisión de Ramírez con un pie en lo que era la Segunda División B”. Va un poco más allá: “Es verdad que no nos va tan mal, en peores nos hemos visto, pero esto ya es un naufragio y como no espabilen (en el club) nos volvemos a ver en Segunda B como hace muchos años”.

Pase lo que pase, el sentimiento parece estar por encima. “Nadie es más ni es menos por animar o no, pero a este barco le entra agua por todos lados”, advierte, antes de rematar su testimonio: “Boba que es una, que sigue dentro remando porque lo que dan ganas es de abandonarlo todo, pero me puede lo que un día fue el escudo, me pueden los colores y sobre todo, me puede el sentimiento”

Todo se resume en esa práctica del desapego en la que la UD parece no querer reparar. “En este contexto, todos los años nuestra UD va dejando un reguero de incondicionales en el camino, un puñado de fans que se van "desapuntando"... ¿Quién no tiene un amigo, primo o compañero de trabajo así? Gente que lo dejaba todo por la Las Palmas y ahora no sé si ni siquiera lo ve por la tele. A mí ya me queda muy poco para pasarme a ese lado oscuro amarillo”, reflexiona un veterano aficionado de la Unión Deportiva que prefiere guardar el siempre discreto anonimato. De nuevo, vuelta el partido de hace dos días como ejemplo palmario de lo que acontece en el club: “En este contexto, podemos hablar de los apenas 12.000 espectadores el pasado sábado, partido clave de la temporada, a pesar de buenos precios e invitaciones a clubes. Entre otras cosas por esto último había tantas colas para entrar”.

Influye, también, la incapacidad de Las Palmas, cualesquiera sean las razones, de estar a la altura de su gente. “El producto UPLP se ha devaluado en los últimos años, tanto en el aspecto sentimental (desapego con el EGC, falta de resultados, escasa identificación con el equipo) como en el comercial porque la experiencia de ir al EGC es cada vez menos atractiva”, insiste nuestro protagonista, ni una puntada sin el hilo correspondiente. “¿O es que, en el fondo, la asistencia de espectadores es secundaria o incluso molesta para los clubes de hoy en día?”, es otra de sus preguntas, a modo de reflexión, que jamás deberían caer en saco rato.

Una vecina de Santa Brígida que no pierde un partido lanza también su particular proclama. “La afición está hastiada y eso se refleja en la asistencia al estadio. Tenemos una súper plantilla, y solo Jesé y Jonathan Viera tienen más clase que el resto de jugadores de la Segunda División juntos”, analiza. Y sentencia: “El club debe hacer autocrítica. Lo que es evidente es que las decisiones que se toman de puertas para dentro del club, los que más las sufrimos somos los seguidores, que al final, que nadie se olvide, somos el corazón y los pulmones del club”.

Prácticamente, cualquier testimonio de los fieles seguidores de la UD se dirige en primera persona del singular o del plural. Contra cualquier tempestad, siempre quedará el sentimiento de pertenencia. Por encima de todo y todos.