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ESPANYOL

La hojarasca del Espanyol

Caían sobre Vallecas las hojas por su propio peso como caía la banda derecha perica, como la zaga en el 1-0 e igual que sacudía el juego la entrada de Morlanes.

MADRID, SPAIN - DECEMBER 05: Raul de Tomas of Espanyol reacts after Rayo Vallecano score their first goal during the La Liga Santander match between Rayo Vallecano and RCD Espanyol at Campo de Futbol de Vallecas on December 05, 2021 in Madrid, Spain. (Pho
Gonzalo Arroyo MorenoGetty Images

Una banda. Del diluvio, del agua de Solares que le caló los huesos el miércoles, en la Copa del Rey, pasó el Espanyol al viento. A la hojarasca de los plataneros acumulada sobre una de las áreas de Vallecas, cual campo de fútbol modesto, de horario a pleno sol y torreznos en el bar. Hojas secas que caen por su propio peso y a la mínima sacudida, igual que la banda diestra perica ante Álvaro García. Desperdician los blanquiazules a un notable extremo como Aleix Vidal –lo demostró con su centro a Raúl de Tomás, medio gol– situándolo en el lateral, en favor de un Embarba que lo ha jugado todo en esta Liga sin reivindicarse ni siquiera en su patria chica, ante la calle del Payaso Fofó. Ni las ayudas ahora de RdT, luego de Puado, más tarde Darder, casi siempre de Yangel Herrera ocultaron la calamidad. La más visible de un Espanyol que solo podía acabar como acabó. Perdiendo ante un rival que ni remató a puerta.

La resistencia. Suele suceder esta temporada a domicilio, y últimamente ya en cualquier escenario. Desde el Camp Nou, donde se sublimó ese patrón, al RCDE Stadium frente a la Real Sociedad, con un resultado inmejorable. Lo emuló en Vallecas por tercer partido consecutivo, pero esta vez no salió. Se trataba de resistir, de jugar con el tiempo como aliado. De festejar en el fuero interno un 0-0 al descanso, si bien es cierto que ante el Rayo al menos trazó en la primera parte el Espanyol algunas acciones de juego posicional, triangulaciones, control. De nuevo, hojarasca. Bajo el polvo, un autogol matador en el minuto 54 para anular el plan A.

Morlanes es el plan B. Lo que no se le puede negar al Espanyol, incluso en sus peores actuaciones, es que rara vez llega vencido a los minutos finales. En Vallecas estuvo a punto de demostrarlo Puado, primero exigiendo a Dimitrievski y, después, cruzándola en exceso a asistencia de RdT. Pero, sobre todo, reaccionó el Espanyol en ese tramo definitivo con la entrada de Morlanes, que cada vez más se está confirmando como el gran revulsivo que agita positivamente los engranajes del equipo de Vicente Moreno como si fueran esos mismos árboles que desnudan el tronco de hojas. Se va ganando el mediocentro del Villarreal, que ya maravilló en el segundo tiempo contra la Real Sociedad, la titularidad.

La constatación. La viva imagen de lo que nunca haría el Espanyol de casa –con 17 puntos y cinco victorias– pero sí puede ocurrirle al de fuera –con tres puntos, cinco derrotas y ningún triunfo– fue la acción del 1-0 del Rayo. Un mal despeje de Cabrera, siempre tan seguro en tareas de contundencia defensiva, una indecisión de Sergi Gómez y de Aleix Vidal para acabar de redondear su día 'horribilis' y, de vuelta, un gol en propia meta del uruguayo que bien podría haber firmado cualquiera de los 'nueves' que jugaron en Vallecas: Guardiola, De Tomás o Falcao.

Sergi Darder y Yangel Herrera, tendidos sobre el césped tras chocar cabeza contra cabeza.
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Sergi Darder y Yangel Herrera, tendidos sobre el césped tras chocar cabeza contra cabeza.AFP7 vía Europa Press

Señales. Que no iba a ser el día de los pericos lo anticiparon, más allá del planteamiento o de la superioridad rayista, algunos hechos. Como la dificultad para encontrar entrada de algunos aficionados que se habían recorrido más de 600 kilómetros a la aventura, al no existir localidades para el público visitante ni despacharse de ningún tipo por internet. Como el pelotazo de Sergi Gómez a las partes nobles de Yangel Herrera en los primeros compases. O como el choque cabeza con cabeza entre el venezolano y Darder, resultando el de Artà tan damnificado que acabó jugando con una visible venda a lo 'Evasión o Victoria'. Y salió evasión, claramente. La bestia negra del Espanyol en Segunda lo ha vuelto a ser en Primera. E Isi, de nuevo 'Isinho'. Siempre quedará Cornellà. Al menos en primavera ya no quedará hojarasca.