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BARCELONA

Sentenciado

La única incógnita respecto al futuro de Koeman es saber cuándo será destituido. Una parte de la junta quiere liquidarlo ya y otra esperar al parón de selecciones.

Koeman
JOAN M. BASCUDIARIO AS

La suerte de Ronald Koeman está echada. El entrenador holandés no seguirá al frente del equipo, será destituido e incluso puede decirse que no volverá a sentarse en el banquillo para dirigir al Barça. La cuestión es saber cuando se producirá el relevo. De momento, Koeman mira por la ventana esperando la llamada del motorista que le traerá la destitución.

La destitución efectiva se trata de una cuestión de tiempo que mantiene diferencias en torno al consejo directivo que anda dividido respecto a esta cuestión. Por una parte, existe una minoría de la junta que quiere actuar con cautela y esperar a que se juegue el partido del sábado en el Wanda Metropolitano, mientras que la mayoría del consejo, harta de la situación, abogan por una actuación contundente de forma inmediata para evitar dar una imagen de parálisis.

Entre los argumentos de los primeros destaca el hecho de que Koeman no se sentará el sábado en el banquillo del estadio del Atlético de Madrid al estar sancionado. Añaden que sería bueno tener un sustituto atado antes de desprenderse del actual entrenador y que la ventana que se abre en el calendario a partir del domingo por el parón de selecciones es una gran ocasión para no actuar en caliente.

Por su parte, hay una parte de la junta que esta harta y que quiere actuar ya. Piensan que se debe de dar la imagen de dinamismo y que Koeman ha cargado de razones a los que abogan por su despido inmediato. Consideran que hay que amputar cuanto antes, que el técnico no puede dar una rueda de prensa más representando al equipo y que no puede preparar el partido ante el Wanda.

El problema está en este último caso en que hace falta un técnico que se siente en el banquillo el día del Atlético, ni que sea de manera provisional.

En lo que están de acuerdo ambas facciones es en que este problema tiene que resolverse antes de que se celebre la asamblea de compromisarios del próximo día 14. Ese día, la junta de Laporta se juega mucho a nivel institucional porque necesita aprobar las cuentas, el cambio de estatutos y la capacidad de endeudamiento de la entidad. Si el socio no ve movimiento en el club y que se ha pasado página y se ha iniciado un nuevo proyecto, el resultado de las votaciones es imprevisible.

Es tan necesario presentarse con una nueva cara en el banquillo como evitar un desastre en el Wanda, puesto que el resultado ante el Atlético de Madrid será el último antes de la asamblea.

Todas estas consideraciones llevan de cabeza a los directivos barcelonistas, que se reunieron de madrugada nada más llegar de Lisboa en busca de una salida.