NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

VALENCIA | ANÁLISIS

Guedes bloquea el plan Bordalás

La planificación, que según la hoja de ruta de Lim pasa por la venta del portugués, está en punto muerto por la operación salida. Ni Omar Alderete ha podido ser aún inscrito.

Guedes, en uno de los amistosos del Valencia.
DAVID GONZALEZDIARIO AS

Se puso en moda en Cádiz ese cántico del “resultado nos da igual”. Las pretemporadas en el fondo son eso, un venir de los equipos tras las vacaciones para ponerse a tono de cara a la competición. Y en ese proceso el resultado da igual. A estas alturas de verano lo que importa es el medio y no el fin. De ahí que la derrota del Valencia contra el Real Zaragoza (0-2) sea anecdótica en su concepto, aunque empieza a inquietar lo que se ve. Mejor dicho, lo que todavía no se ve: refuerzos que suban el nivel, sobre todo el de ese ‘6’ que sigue sin llegar.

El Valencia fichó a Omar Alderete y su llegada se vendió desde el club como la demostración de que este verano era diferente al anterior, cuando no llegó nadie y se fue vaciando el vestuario de talento, referentes y efectivos. Pero ese discurso que emerge desde el club está más enfocado a justificar el desastre del curso pasado (“hicimos lo que teníamos que hacer por la pandemia” se repite como un mantra) que a poner los mimbres necesarios para no repetir la pésima temporada (la cuarta peor clasificación de la historia del club). Y, cada día que pasa, muchos miran a Bordalás esperando que se le ponga cara de Gracia.

La realidad es que a 15 días de empezar la Liga, el nivel del equipo no ha subido y en meros términos numéricos hay tres jugadores menos (Alderete por Mangala, Sobrino por Gameiro y nadie por Cutrone, Oliva y Ferro). A Bordalás se le fichó para sacar rendimiento a los jugadores, pero si de lo que se trata es que el Valencia recupere su lugar en la Liga, milagros a Lourdes. El Valencia solo ha dado salida a quienes acababan contrato y a Jorge Sáenz al Marítimo (gracias a la mediación de terceros).

La operación salida está enquistada y ello bloquea la planificación. El plan -desde marzo- pasa por la venta de Gonçalo Guedes, que ni tiene visos de acelerarse y de la que están fuera Anil Murthy y Miguel Ángel Corona, quien en año y medio en el club solo ha cerrado cuatro cesiones y el fichaje de dos entrenadores. En paralelo, por el resto que están por diferentes circustancias en el escaparate (llámese Diakhaby, Cheryshev, Jason o Kang-in Lee), ni llegan ofertas ni se generan ideas para ubicarlos. El Getafe tanteó a través de intermediarios el fichaje de Sobrino, pero su oferta se calificó de “ridícula” y era ajena a la voluntad del jugador. Solo se mueve el caso Wass, curiosamente uno a los que se quisiera retener, y huele a culebrón.

Mientras, con el Getafe por Mestalla en el debut liguero a la vuelta de la esquina, Bordalás trabaja con lo que tiene. El alicantino, aún sin abrir la boca, pide a gritos la llegada (mínimo) de un ‘6’. Hace un año en estas fechas el centro del campo del Valencia seguía siendo Parejo, Coquelin y Kondogbia (más Racic, Soler, Wass…). En los dos últimos amistosos, aún a sabiendas de que hay ausentes por lesión y selección, el doble pivote ha estado formado, sin contar a canteranos de nuevo cuño, por Hugo Guillamón y Diakhaby.

El Valencia lleva todo el verano hablando de Arambarri (sueño de Bordalás) o Jefferson Lerma. Pero lo hace como quien pasa por un concesionario de lujo y se queda mirando el escaparate soñando con que le toque la lotería. A su vez, el club sigue sin dar el paso definitivo en otras opciones que tiene en la mesa, que son económicamente factibles y de rendimiento en grandes ligas como la de Omar Mascarell. Y la espera, desespera. Los días pasan y los refuerzos ni están ni se le esperan a corto plazo y el resto de clubes han hecho su camino con jugadores libres a los que el Valencia no cazó en su momento.

La situación se repite en otras posiciones prioritarias a reforzar, como la delantera, y también en otras en las que el cuerpo técnico quisiera también caras nuevas, como en el lateral derecho. La operación Iglesias se frenó en cuanto el Getafe informó de sus condiciones y entre medias se escapó la opción Iván Balliu, que optó por decir “sí” al Rayo por el silencio che. En el ataque, Marco André está a la espera de que el Valencia llame de verdad a la puerta del Valladolid, pero hoy el club no tiene luz verde por parte de Peter Lim para pagar un traspaso. Todo está pendiente de las salidas y en especial en una: la de Gonçalo Guedes.

El portugués se ha incorporado a los entrenamientos sin saber cuál será su futuro. Y ello lo están notando en su día a día. El Valencia mira a los movimientos que se están produciendo en la Premier League a la espera de que el efecto dominó acabe salpicándole, aunque en el club saben que la venta de Guedes se gestará directamente en Singapur entre Peter Lim y Jorge Mendes. El Sevilla es otro club del que se está pendiente por el internacional portugués, aunque de momento las pretensiones económicas de Lim están fuera de su alcance e intenciones (30 millones).

La situación del Valencia es como la de varios clubes de la Liga española. A día de hoy, sin salidas, ni tan siquiera puede inscribir a Omar Alderete. Por ello la planificación está bloqueada por la operación salida, porque hasta que no tenga el club capacidad para inscribir futbolistas, Lim no autorizará ninguna operación de cesión y menos de traspaso.