NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

EUROCOPA (E) I ESPAÑA 0 - SUECIA 0

Una semana infernal en Sevilla 'quemó' el césped de La Cartuja

Hasta hace unos días la hierba presentaba un estado perfecto, pero un inicio muy caluroso de junio lo ha estropeado. Sevilla y Betis suelen cambiar la hierba en verano.

Actualizado a
Operarios, arreglando una red sobre el césped de La Cartuja.
Julio Munoz - PoolGetty Images

Las quejas de Luis Enrique sobre el césped de La Cartuja no sentaron bien a ninguno de los organizadores de la Eurocopa en Sevilla. Ni a la UEFA, ni a la sociedad del estadio ni por supuesto a la Junta de Andalucía, la gran valedora de que el torneo llegase a la capital andaluza después de no poder celebrarse en Bilbao. "El césped estaba lo mejor que pudimos. Lo hemos cuidado al máximo", afirmaban algunos responsables de la organización nada más escuchar que el seleccionador le echaba al piso parte de la culpa del empate a cero ante Suecia.

Y sí, el terreno de juego presentaba un color amarillento, estaba algo seco y duro y se notaban ciertas irregularidades. Andaba lejos de ser el ideal para el juego de toque de España. La coartada tiene mucho de meteorológica, irremediable, y anda entre lo estructural y coyuntural. Hasta hace pocos días, afirman los que han estado habitualmente en el estadio, el césped parecía perfecto. Pero la semana pasada Sevilla hervió, literalmente, con temperaturas de casi 40 grados a la sombra durante el día y no menos de 30 durante toda la noche. Demasiado calor para comienzos de junio. Eso ha 'quemado' la hierba, difícil de recuperar en poco tiempo a pesar de que se ha cuidado día y noche y se han seguido recomendaciones de la propia Selección, como segarla muy corta y hacerlo además más veces de lo habitual.

El clima de Sevilla y la premura de tiempo no permitirá hacer mucho más de aquí al sábado, para el España-Polonia, aunque ya se han comenzado a tomar medidas. Sevilla y Betis, de hecho, suelen aprovechar al tiempo estival casi todos los años para cambiar el césped o someterlo a un tratamiento especial porque a duras penas se puede conservar en buenas condiciones debido al intenso calor del Valle del Guadalquivir, sobre todo durante los meses de julio y agosto. El color de la hierba este lunes, de hecho, era el que suelen presentar los terrenos de juego del Benito Villamarín y el Ramón Sánchez-Pizjuán cuando comienza la Liga, a mediados o finales de agosto, y se mantiene así prácticamente hasta octubre.