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BARCELONA

El recorte de Mateu Alemany

Al nuevo director de fútbol del Barça, que ha adoptado un rol discreto a su llegada, le toca gestionar las bajas, los recortes de sueldo y las renovaciones-hueso de Ilaix y Ansu.

Actualizado a
Mateu Alemany, en la presentación de Agüero.
ALBERT GEAREUTERS

Mateu Alemany, flamante director de fútbol del Barcelona de Joan Laporta, tiene fama de tipo discreto, solvente gestor y ojo de halcón detectar buenos futbolistas que, además, tienen recorrido. Sus trabajos en el Malorca y el Valencia le avalan. En el Barça tiene que acostumbrarse a otro tipo de club. También de fichajes. Y de escenarios. Tal vez por eso, en sus primeros meses ha adoptado un papel menos protagonista que tuvo en clubes anteriores. Ni siquiera ha sido presentado en sociedad oficialmente. Dicen que prefiere trabajar. Algo así como si quisiera pasar de puntillas hasta que conociese bien las mil aristas del Barça. Aunque eso no será sencillo.

En materia de fichajes, Mateu apenas ha rematado un buen trabajo de Ramon Planes, que ha sido el gran artífice de las contrataciones de Eric Garcia, Emerson, Depay y Wijnaldum. Sí ha tenido más que ver en la del Kun, aunque ese melón ya lo habían abierto incluso precandidatos como Víctor Font. Así que, en su primer verano en el Barça, a Mateu le va a tocar ponerse el traje de poli malo y gestionar las bajas de jugadores. Si es antes del 30 de junio, mejor, para meterlas en el balance de este curso, el 2020-21, en el que Bartomeu tendrá que cargar con las pérdidas.

Mateu ya le ha comunicado a jugadores como Umtiti (contrato hasta 2023) que deberán salir. Pero no será el único. Con cinco fichajes casi cerrados, el ejecutivo tendrá que dar hasta una decena de bajas empezando por la portería. Aunque la recuperación de Ter Stegen es una incógnita, Neto saldrá si tiene una oferta decente porque ha pedido marcharse y dinero no sobra. En defensa, Alemany también ha transmitido a Júnior (hasta 2024) que debe buscarse equipo. La llegada de Emerson implica que Sergi Roberto tiene la puerta abierta para salir. Se le darán facilidades si es que encuentra equipo. En los últimos días ha sonado el Manchester City.

Pjanic tampoco tiene futuro con Koeman y Matheus ya sabe que tiene que abandonar 'la casa'. Más peliagudos, por distintos motivos, son los casos de Coutinho y Riqui Puig. El brasileño ha estado todo el año lesionado. Koeman tuvo que tragar con él esta temporada pero es difícil pensar que vuelva a picar el anzuelo este curso. La cesión puede ser la única salida. Como la de Riqui. Aunque a Laporta le gustaría que jugase más para complacer a los fundamentalistas del ADN Barça, el caso es que Riqui va a cumplir 22 años y jugó poco con Valverde, algo más con Setién y nada con Koeman. Puede ser el verano en el que tome la decisión de salir cedido a ver mundo y progresar como futbolista.

Alemany también tendrá que gestionar una cesión para Trincao, que no cabe con la llegada de Depay y la recuperación de Ansu, y la marcha de Braithwaite, que el año pasado pudo salir direccció West Ham pero que finalmente aguantó. Dembélé y Griezmann son decisiones estratégicas. De momento, el plan del club era que el primero renovase y el segundo siguiese, pero en venta está todo el mundo. En resumen, Alemany tendrá que negociar una decena de salidas para el Barça 2021-22.

Al ejecutivo mallorquín también le tocará negociar con los jugadores un nuevo recorte en las fichas. Especialmente afectados por la rebaja podrían verse Piqué, Busquets y Alba, los más veteranos. También Sergi Roberto si finalmente permanece en la plantilla.

Y algo más. Las renovaciones-hueso de Ilaix y Ansu. El Barça debe negociar con los hispano-guineanos sus ampliaciones de contrato. Con los dos tiene la intención de renovarles hasta 2026, pero Ansu estaba en plena explosión cuando se lesionó y el final de temporada de Ilaix también le ha puesto al escaparate. Son el futuro del Barça, pero la caja está vacía. Parafraseando a Messi, a Mateu le va a tocar hacer malabarismos... Tal vez por eso su posición discreta hasta estos días. O tal vez demasiado trabajo.