Ezequiel Luna: "Ganar un derbi era sumar seis puntos"

Hace nueve años que se fue de la Isla, pero sigue hablando de ella con mucho cariño. Ezequiel Luna (Villa Gobernador Gálvez, 1986) pasó cuatro temporadas en el Tenerife en el que vivió el cielo y el infierno: desde el ascenso a Primera División hasta el descenso a Segunda B. Y en su estadía, además, participó en cuatro derbis, partidos a los que calificó de "diferentes".

"Ganar el derbi siempre era sumar no tres, sino seis puntos", recordó desde Chile donde vive desde hace ocho años. "Era un partido muy intenso y toda una Isla estaba pendiente de ese encuentro", añadió. "Ganarle al clásico rival tiene otro sabor que ganar cualquier otro partido".

No le fue del todo mal ante Las Palmas: venció en dos encuentros, empató uno y perdió el restante. "Me quedo con el que ganamos con gol de Alfaro. Fue un partido muy bueno". Además evocó una anécdota que pudo cambiar ese resultado: "en el último minuto casi me hago un gol en contra. La pelota pegó en el travesaño y la agarró Sergio Aragoneses. Fue algo increíble. Quise rechazar y cuando le fui a pegar, me boto mal y salió para nuestro arco y casi la clavo", contó aliviado.

El argentino describió que las semanas previas se vivían con un poco de incertidumbre "por lo importante que era poder ganarle al equipo rival". Y, como no, destacó la figura de Cristo Marrero. "Era un crack", opinó. "Yo lo pude conocer durante todo ese año y ver como vivía apasionadamente cada encuentro. El clásico era una locura para él. No nos podíamos permitir perderlo. Sobre todo era un líder muy positivo, siempre pensando en el compañero, alentándolo, a pesar de que le tocaba estar en el banco".

Si bien Luna ha vivido varios partidos de rivalidad en Ecuador o Chile, apuntó que en el derbi canario "es todo más respetuoso, como se debería vivir todo clásico y eso hace que haya armonía y que se pueda disfrutar como corresponde".

Lamentó que no pueda haber gente en el estadio. "Hay mucho silencio y uno está acostumbrado al barullo, a los gritos, silbidos, cánticos... muchísimas cosas que hacen al fútbol atractivo. Jugar un derbi sin gente es como jugar un partido de entrenamiento. Le saca la esencia del fútbol".

El central sumó 92 partidos de blanquiazul y aportó dos goles entre 2008 y 2012. "Desde que me fui de allí lo sigo, no voy a decir que soy hincha, pero me quedé con un excelente recuerdo de la Isla y del club. He vuelto dos veces más a unas mini vacaciones, entonces siempre trato de seguirlo", contó Ezequiel Luna, que, pese a la diferencia horaria con Chile, estará atento al clásico del domingo.