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MEMORIAS DEL DERBI CANARIO (III)

Pedro Vega: "Desde que era cadete lo que te inculcaban es que el partido más importante del año es el derbi"

El extremo izquierdo de San Mateo cree que "cualquiera puede ganar. Ahora mismo son dos equipos que están en tierra de nadie"

Pedro Vega: "Desde que era cadete lo que te inculcaban es que el partido más importante del año es el derbi"
Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

El ex amarillo, ahora empresario en su municipio, y apasionado de los caballos, atiende al Diario As para hablar del próximo derbi canario. Una cita de la que fue protagonista en su día al ser el último goleador amarillo en un duelo regional en el Estadio Insular allá por el año 2003, cuando el equipo dirigido por Yosu Uribe derrotó a los blanquiazules con un tanto suyo desde los once metros.

Una zurda privilegiada la de Pedro Vega (19 de julio de 1979), el futbolista de San Mateo. Un jugador de gran golpeo, vertical y ágil en el extremo izquierdo que, por unos motivos u otros, no encontró su mejor versión en el equipo de su tierra como él mismo nos confiesa en cuanto levantamos el teléfono y comenzamos la conversación acerca de su trayectoria en la UD. “Eso está más que claro. Tengo un sabor muy agridulce de mis etapas en la UD Las Palmas. Quizás en la etapa que más se pudo ver de mí fue el año complicado con Yosu Uribe, con el que jugué mucho, pero el resto de los años siempre fue a contracorriente. Nunca fue mi mejor versión. Yo era un jugador que, por suerte o por desgracia, necesitaba confianza, sentirme querido y arropado, y en la UD nunca tuve esa opción. Fuera fui un futbolista que en todos los equipos que estuve, desde el Granada, Levante, Poli Ejido, etc, siempre fui importante y me sentí mejor que aquí. Mis mejores números están fuera muy a mi pesar, puesto que ya quisiera yo que hubiera sido aquí. Mi sensación es que fui un jugador más de Las Palmas, es la espina que tengo clavada”, nos dice para romper el hielo.

Pero, ¿qué ha sido de él después de su retirada como futbolista? El ex del Poli Ejido nos comenta que “han pasado ya años de mi retirada del fútbol profesional, ya que luego pasé por el Panaderías Pulidos San Mateo hasta Preferente y subimos a Tercera, y luego he estado prácticamente desvinculado del fútbol. Monté en San Mateo un negocio de asadero de pollos y comidas preparadas y sigo con mi hobbie del mundo de los caballos. Ese es mi día a día” y no le llama la atención el volver al mundo del fútbol, ya que “en su día hice el primer curso de entrenador, pero es una cosa que tenía claro, incluso antes de retirarme, que yo no iba a seguir los pasos de ser entrenador. Es una cosa que yo no creo que valga para eso, no tengo paciencia para ese tipo de cometido y, por eso, nunca me ha llamado la atención. He tenido oportunidades porque la gente me lo ha dicho, sobre todo, en mi pueblo, pero no me atrae. No me nace”.

Ya entrando en materia sobre el derbi, hablamos de aquella anécdota suya de ser el último protagonista de un derbi en el añorado Insular y Pedro no tiene dudas afirmando que “la victoria la recordaré toda mi vida porque probablemente es uno de los días más felices siendo profesional en la UD Las Palmas. Para mí, ese derbi me marcó, ya que, casi 20 años después seguimos hablando de que fui el jugador que marcó ese último gol en un derbi en partido oficial en el Insular, así como en el homenaje a Aparicio, que ganamos 1-0, y, bueno, estoy muy contento de que se me recuerde en la historia”. Además, tira de memoria y nos cuenta que “creo que ese año nos concentraron en el Hotel Santa Catalina y de camino al estadio el público no esperaba. Parecía que la guagua iba flotando. Solo vivir eso ya prácticamente nos llevaban en volandas al partido. El que no lo ha vivido es complicado de entender. Es una semana plagada de cosas bonitas. No pude pedir más y, como amarillo, es uno de los días más felices de mi vida.

Aquellos derbis eran complicados para una UD que comenzaba a ver el final del precipicio económico y “ese año creo que ya el club estaba en una situación económica complicada, nos encerramos para protestar, no cobrábamos y hubo muchas bajas de jugadores que venían de Primera. Muchos jugadores veníamos sin experiencia del Universidad y tuvimos la oportunidad de afianzarnos en el primer equipo gracias a eso. Fue un año muy complicado internamente. Al final todo se tapa con resultados, fuimos quintos, y uno de los días que más recuerdo a nivel personal es ese derbi que, como canarios, a todos nos gusta jugar y ganar y encima, siendo artífice del gol de la victoria”.

A las órdenes de Mel

“Le tengo un grandísimo cariño y recuerdo por todo. Salí de la UD, llegué tarde al Poli Ejido, el equipo estaba hecho y Mel me hizo jugar 40 partidos como titular. Fui máximo goleador esa temporada y los resultados está ahí”.

Por otro lado, el de San Mateo es consciente de que en el equipo de su tierra nunca se vio su mejor versión y afirma que “eso está más que claro. Tengo un sabor muy agridulce de mis etapas en la UD Las Palmas. Quizás en la etapa que más se pudo ver de mí fue el año complicado con Yosu Uribe, con el que jugué mucho, pero el resto de los años siempre fue a contracorriente. Nunca fue mi mejor versión. Yo era un jugador que, por suerte o por desgracia, necesitaba confianza, sentirme querido y arropado, y en la UD nunca tuve esa opción. Fuera fui un futbolista que en todos los equipos que estuve, desde el Granada, Levante, Poli Ejido, etc, siempre fui importante y me sentí mejor que aquí. Mis mejores números están fuera muy a mi pesar, puesto que ya quisiera yo que hubiera sido aquí. Mi sensación es que fui un jugador más de Las Palmas, es la espina que tengo clavada”, a lo que añade que ese año “cuando estaba Yosu Uribe fue muy bueno. Me costó muchísimo, ya que cuando pasamos prácticamente por todas las categorías de filiales siempre he jugado destacado. Llegar al primer equipo nos costó a todos un montón, debutar y hacernos un hueco. Antes no es como lo de ahora a día de hoy. Un jugador hoy tiene, creo yo, con un poquito menos de bagaje más opciones de estar en el primer equipo. Anteriormente se traían más jugadores de fuera que de casa y costaba un poquito más llegar. Y bueno, después pues los años siguientes, que fue como te decía anteriormente, fue a contracorriente. Unas veces por mi culpa y, otras veces por etiquetas, circunstancias, compañeros, entrenadores, etc. Muchas cosas que al final no hacían que yo terminara de cuajar en el equipo y que fue temprano porque bueno, el equipo descendió o se desmanteló y yo acababa prácticamente contrato y tuvimos que buscarnos la vida. Entonces tuve que salir. Pasé los siete, ocho años fuera. Bueno, para mí fueron de los mejores y después volví. La verdad que la vuelta a casa después fue peor el remedio que la enfermedad. Yo venía con mucha ilusión, ya venía, como se suele decir hecho como futbolista, pero aquí tampoco tuve la opción de que lo que yo quería, que era demostrar lo que había demostrado fuera”.

Ya con la llegada de Kresic, “se notaba que había sido un fichaje más de club que de entrenador y estoy seguro que no era un jugador le gustara. Me fui en diciembre habiendo jugado 2 partidos”.

Volviendo a lo que nos atañe, que al final es el derbi de este domingo, le preguntamos sobre cómo se vive un derbi y no duda en responder que “para nosotros era lo más grande. Desde que era cadete lo que te inculcaban es que el partido más importante del año es el derbi. El de ida y de vuelta. Lo llevamos en la sangre tanto para la gente de Tenerife como para la gente de Gran Canaria. Las ligas las peleábamos contra ellos y nos inculcaron ese trabajo de llegar a nivel profesional a jugar en los estadios hasta el Heliodoro, como en el Insular o el Estadio de Gran Canaria y poder jugar un partido, lo que se vivía esa semana antes del derbi. La gente te para, te habla, te pide ganar, yo lo vivía con nerviosismo y con ilusión”.

Llegando a la actualidad, le preguntamos sobre cómo ve ahora este derbi que parece que está un poco descafeinado. Un equipo, los dos equipos al final, en mitad de tabla, que parece que no se juegan nada, y que no están cumpliendo las expectativas de pelear por el play off. A lo que nos responde que “yo la verdad es que como está la situación a día de hoy, veo un partido súper frío. La Segunda División, si la seguimos un poco, el primero pierde con el último, equipos que no se juegan nada, equipos que cogen rachas, etc. Cualquiera puede ganar. Ahora mismo son dos equipos que están en tierra de nadie. Las Palmas parece que hay partidos que saca la cabeza y gana y luego vuelve a perder en casa. El Tenerife con Ramis va en una línea ascendente, pero en un derbi no hay favoritos. Son partidos difíciles y trabados. No me decanto por ninguno”.

Para terminar, le lanzamos dos cuestiones acerca de su ex técnico, Pepe Mel, sobre lo que destacaría de su figura y no duda en afirmar que “lo que está claro es que es un entrenador de club. Sus números ahí están. Tengo que destacar que es un entrenador que está sacando muchísima gente de abajo. Da muchas oportunidades y mucha confianza al jugador de la cantera y enseguida destaca porque entender la filosofía del fútbol canario es muy complicado. Yo creo que se ha adaptado muy bien a la isla. Él me tuvo en su día a mí, a Rubén Castro, etc; y sabe cómo es el jugador canario y le ha servido. Tiene mucho ganado”.

Una zurda de oro, otro héroe del derbi canario y el último que vio la grada del Insular, el gran Pedro Vega de San Mateo.