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LEGANÉS

El truco para frenar al Leganés

Los tres últimos rivales han encontrado la vía para frenar su ímpetu. Aisladas las bandas y la mediapunta, el Leganés sufre. La posesión ronda el 70%, pero sin apenas rematar a puerta

El truco para frenar al Leganés
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

El impulso inicial con el que arrancó la era 2.0 de Asier Garitano en el Leganés ha perdido fuerza. Los pepineros suman dos duelos consecutivos sin ganar (derrota en Cartagena, empate frente al Castellón) y, más allá de resultados, las dudas se agolpan alrededor de un fútbol al que los rivales parecen haberle cogido el truco. Sensación que expande sus tentáculos también al último partido que ganaron los blanquiazules (1-0 sufrido frente al Tenerife) y que sirvió de inicio para este periodo de incógnitas.

En estas tres jornadas sufrió el Leganés de un mal repetido. Una incapacidad evidente para el desborde desde los costados y también para conectar con sus delanteros. El resultado: una posesión constante (una media del 67% que superó el 70% ante Castellón y Tenerife), pero inerte en términos de ocasiones (apenas tres remates entre palos en los tres partidos).

“No es cosa de falta de puntería, es que nos está costando generar mucho en los últimos partidos”, admitió ayer Garitano. El de Bergara logró desatar la media realizadora hasta los 2,5 goles en sus primeros cuatro encuentros. Pero en los tres últimos ha descendido a 0,33 por choque, esto es, sólo un gol en tres encuentros.

Aislar a Eraso y las bandas

El porqué puede esconderse en el cerrojo interior que han sabido desarrollar los rivales pepineros. Frente a contrarios que desarrollan con maestría una defensa firme, al Leganés le cuesta atacar en estático. Sucede, además, que estos tres enemigos han sabido cortarle los pasillos interiores (aislar a Eraso) y también multiplicar los apoyos en las bandas.

El resultado es que al Leganés le está costando plantear dos contra uno en las alas para, como exige Garitano, generar superioridades que se transformen bien en balones colgados al área, bien en pases diagonales que usen a Eraso como vértice para rearmar el ataque.

El aislamiento del propio Eraso sirve para evidenciar la reformulación que han hecho los rivales del juego del Leganés. Si en los tres primeros partidos en Butarque tras el retorno de Garitano rondó los 30 pases, en los tres siguientes (incluyendo también Cartagena) apenas rondó los 15, la mitad. También es significativo el cortocircuito con la delantera. Ayer Miguel de la Fuente, el ‘9’ titular, apenas pudo dar siete pases.

Una fórmula explotada

“Claro que hemos analizado el partido que perdió el Leganés contra el Cartagena. Es totalmente cierto. Cartagena ha sido una referencia muy válida. También el partido frente al Tenerife, que hizo cosas buenas. Como también hemos visto cosas del resto de jornadas”, confesó Juan Carlos Garrido, el entrenador del Castellón, tras arrancar el único empate que ha visto en esta temporada Butarque.

Su confesión demuestra que el análisis reiterado de los nuevos patrones pepineros empieza a destilar una fórmula eficaz para frenar a este Leganés que, sin despeñarse de la zona alta de la tabla, ha dado muestras de fatiga futbolera por primera vez desde que volvió Garitano. Reformular el estilo y encontrar nuevas vías para retomar la inercia será una de las asignaturas más importantes para este Leganés aún aspirante a todo, aunque cada vez con menos tiempo para conseguirlo.