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BARCELONA

Un rayo de luz para Umtiti

Desaparecido toda la temporada, y con su prestigio por los suelos, el francés cumplió en Granada cuando nadie daba un duro por él. Recuperó seis balones sin falta y no perdió ninguno.

Umtiti, con Yangel Herrera en Los Cármenes.
JORGE GUERREROAFP

Cuando ya nadie daba un duro por él, Samuel Umtiti (4-11-1993, Yaoundé) saió a Los Cármenes sin calentar por la lesión de Ronald Araújo y, contra pronóstico, jugó un partido inmaculado contra el Granada. Titutlar seis meses después, recuperó seis balones sin hacer ninguna falta e intervino 65 veces en el partido sin perder ni un sólo balón. Sobrevivió a Soldado y Luis Suárez, se acopló bien con Mingueza e hizo un trabajo profesional que el Barça, tieso de defensas como estaba, agradeció. El francés convirtió las pésimas señales que dio al principio del partido, amago de lesión incluido después de un golpe, en una actuación relativamente convincente.

Un rayo de esperanza para un jugador golpeado por las lesiones que ha visto caer su prestigio en picado. También su valor. Un futbolista que estaba tasado en unos 70 millones de euros en 2018, cuando Bartomeu se emoeñó en renovarlo al precio que fuera, vale hoy 10 millones y no ha tenido ofertas convincentes en todo el verano pese a que el Barça prácticamente lo regalaba.

Umtiti ha decepcionado en el Barça. A sus problemas crónicos en la rodilla izquierda, que no fue capaz de solucionar en Qatar, donde él mismo decidió ir; y tampoco a su regreso a Barcelona unió una actitud deficiente. La temporada pasada se borró, sin más, después del 2-2 de Vigo. Fue la guinda a dos años pésimos, que arrancaron después de ser campeón del mundo y que se arrastran hasta estos días.

En Granada, al menos, Umtiti dio imagen de seriedad y cierto compromiso con el grupo. No obstante, no estuvo exigido en lo que más le hace sufrir estos días, los retornos en campo abierto. Con el Barça más replegado, es un jugador que puede sacar a pasear su clase. Su fiabilidad, pues, sigue estando en cuestión. Eso sí, su autoestima, si es que todavía piensa en volver a ser un defensa de élite, puede crecer. A sus 27 años, eso lo va a determinar su físico. De momento, ha visto un rayo de luz y con todas las bajas que tiene el Barça en defensa y el bajo momento de forma de Lenglet, está a tiempo de algo si su físico se lo permite y su actitud es más comprometida.