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REAL ZARAGOZA

De los Glaría a los Aguado, padres e hijos en el Zaragoza

Marc Aguado, hijo de Xavi Aguado, es la gran novedad en la lista de Víctor Fernández para el partido de Copa y puede elevar a siete las dinastías en la historia del club.

ZaragozaActualizado a
Marc Aguado.
ALFONSO REYES

Los Glaría, los Camacho, los Lafita, los Herrera, los Esnáider, los Suárez y ahora los Aguado. Marc Aguado Pallarés (Zaragoza, 22 de febrero de 2000), centrocampista del Deportivo Aragón e hijo de Xavi Aguado, el jugador que más partidos ha disputado en la historia del Real Zaragoza (473), es la gran novedad en la convocatoria de Víctor Fernández para el partido de Copa del Rey de mañana frente al Nástic de Tarragona, y si debuta elevará a siete las dinastías de padres e hijos que han vestido la camiseta del club aragonés en partidos oficiales.

A lo largo de la historia del Real Zaragoza ha habido sagas de hermanos, como los Zorrozúa, los Chacártegui, los Gonzalvo –hasta tres-, los Galvany, los Pica, los Ucelay, los Belló, los Lapetra, los Planas, los Tejero y los Milito, o de tío y sobrino, como los Hernández y los Villanova, pero hasta hoy sólo seis ex jugadores del Zaragoza han podido ver a alguno de sus hijos vestir la camiseta del escudo del león. Los Glaría –José (1949-51) y Jesús (1988-91)- fueron los primeros que abrieron una lista que completan los Camacho –Juanjo (1977-78) y Juanjo (2004-06)-, los Lafita –Juan Ángel (1978-83) y Ángel (2005-07 y 2009-12)-, los Herrera –Pedro (1982-88) y Ander (2008-11)-, los Esnáider –Juan Eduardo (1993-95 y 2000-01) y Juan (2012-14)- y los Suárez -Emilio (1974-75) y Diego (2013-15)-.

En el caso de los Aguado se daría, además, la circunstancia extraordinaria de que padre e hijo habrían estado a las órdenes de un mismo entrenador como Víctor Fernández. Para Marc, que lleva media vida en la Ciudad Deportiva, aparecer por primera vez en la convocatoria del primer equipo ya es un refrendo notable a sus ilusiones, pero, si mañana logra debutar frente al Nástic, a su padre se le escapará seguro más de una lágrima de emoción.