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LEGANÉS

La paradoja del Leganés: concede poco, pero le marcan mucho

Los pepineros son uno de los equipos a los que menos tiran del campeonato, pero le marcan un gol apenas cada 5,9 remates. Serios problemas a balón parado.

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La paradoja del Leganés: concede poco, pero le marcan mucho
JAVIER GANDULDIARIO AS

El Leganés es el equipo más goleado de Primera junto a Betis y Espanyol (24 goles encajados), pero no es el equipo al que más tiran del campeonato. Muy al contrario, los pepineros ocupan la 13ª posición en cuanto a número total de remates en contra, con 142 intentonas. Si dependiera de estos últimas estadísticas, aparentarían ser un conjunto blindado. Pero no es así. Hay endeblez defensiva que se traduce en que los rivales lo tienen muy sencillo. Dicho de otro modo, cada remate en contra de la meta blanquiazul lleva alto peligro de gol.

Lo dicen unos guarismos que, ahí sí, dejan señalado al Leganés. Por ejemplo, de cada 5,9 remates de los rivales al Lega le marcan. Son demasiado pocos si los comparamos con los antes mencionados Betis y Espanyol, a los que le tiene que llegar mucho más para marcarles. Al Betis le hacen un gol cada 8,6 remates y al Espanyol cada 6,45.

Y como al Lega le hacen 10,14 tiros por partido, la calculadora dice que roza la media de dos tantos por encuentro. Una sangría en la que, para su desgracia, es regular. Porque los de Aguirre son el peor equipo del campeonato en lo que se refiere al número de partidos que han dejado su meta a cero. Sólo en una ocasión (frente al Mallorca, 1-0) lograron no encajar. En los otros 13 partidos el enemigo les ha batido al menos una vez.

Hubo temporadas precedentes en las que el Lega recibió más, pero balanceaba sus números. Es decir, que en algunos partidos encajaba mucho y en otros no encajaba nada. Por ejemplo, en su estreno en la élite, en la 16-17, el equipo de Garitano vio como le perforaban una vez más que en la actual su meta al finalizar la jornada 14. Tras aquella fecha ese equipo llevaba 25 tantos en contra frente a los 24 actuales. Sin embargo, ese Leganés ya había logrado para esa jornada, para la 14, dejar su meta a cero hasta en cuatro ocasiones.

El balón parado, un serio problema

También es un problema el balón parado, dónde el Leganés es sospechoso habitual, casi siempre por despistes individuales o por falta de tensión en la estrategia. En lo que llevamos de curso, al Lega le han metido nueve goles que no han sido de jugada: cinco de penalti, tres de falta y uno de córner. Mal asunto.

Sirva como ejemplo que los tres últimos tantos que ha encajado el equipo en las dos últimos partidos (uno frente a la Real, dos contra el Barça) han llegado así, fruto de la pizarra rival. Aguirre entonó tras caer contra los culés el mea culpa por no haber preparado la estrategia como exigía un partido de tan alto nivel.

En zona mixta Cuéllar achacó la falta de acierto en ese tipo de jugada al cansancio generalizado en el que se zambulló el equipo paradójicamente en su esfuerzo por taparle al Barça cualquier opción de remate.

"Ha hecho mella el cansancio y la solidaridad. Ya no llegas igual a las marcas, a la zona... Das importancia a cubrir pases interiores y, en ese sentido, hemos defendido algo más atrás y eso nos ha hecho perder algo de visión ofensivo. Aún así, el error ha estado en una falta de concentración y agresividad. Nos tiene que servir de ejemplo", comentó el portero extremeño, que está recuperando su buen nivel de temporadas anteriores pero al que precisamente las concesiones defensivas del equipo no ayudan para que sus paradas salven al equipo.