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Fútbol
Los mejores memes de la jornada de Champions
AS HISTORIA
Último partido y la Selección española se lo jugaba todo contra Malta el 21 de diciembre de 1983, en el Estadio Benito Villamarín, tenía que ganar por once goles de diferencia a Malta para pasar a la fase final de la Eurocopa de Francia 84.
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España acabó ganando 12-1, récord de la competición. Fue mucho más que un partido, fue una gesta, un superlativo absoluto que desató la locura en una afición algo despegada con la Selección y que acabó gritando aquello de "Sí, sí, sí, España va a París".
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Pero, ¿quiénes fueron los héroes de aquel equipo? El once titular lo formaron Paco Buyo, Juan Señor, José Antonio Camacho, Antonio Maceda, Andoni Goikoetxea, Rafael Gordillo, 'Lobo' Carrasco, Víctor Muñoz, Santillana, Manu Sarabia y Poli Rincón. En el banquillo estuvieron Salva García, Andoni Zubizarreta, Tente Sánchez, Francisco Güerri y Marcos Alonso.
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España tenía que hacer once goles. Cuando a los dos minutos el colegiado pitó penalti, el cielo se abrió. Lanzó Señor... al palo. Las ocasiones se sucedían sin fruto durante el comienzo de la primera parte.
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Suyo fue el primer tanto, con testarazo de su firma, rematando un centro de Maceda, a los dieciocho minutos del encuentro.
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El segundo del ariete santanderino fue el que, tras el jarro de agua fría del gol maltes, que dejó helados a todos los aficionados y jugadores españoles, volvió a adelantar en el marcador a la selección española con este disparo, diez minutos después de su primer tanto.
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Para el ariete no hubo dos sin tres en el Villamarín. Solo habían transcurrido tres minutos de su segunda diana cuando, ganando en el salto al capitán de la selección de malta (en la imágen esta tapado), conectó otro colosal cabezazo que valió el tres a uno.
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Tras el 3-1 y el descanso, que sirvió para serenar ánimos, aclarar ideas y renovar ambiciones. España volvió a la carga. A los dos minutos de reanudarse el juego, Rincón tomó el relevo realizador y con este sensacional remate, que no pudo evitar ni interceptar la zaga maltesa, llevó al marcador al cuarto tanto de nuestro representantes
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Igual que su excompañero en el Real Madrid, Hipólito Rincón acreditó su facilidad goleadora como Santillana. A los diez minutos de su primera diana consiguió el bético su segundo tanto, admirable de ejecución individual después de haber dejado sentado a Bonello y casi sin ángulo de tiro.
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En plena borrachera de juego y esperanzas hispanas. Maceda que había tenido la desgracia de desviar involuntariamente, a los veinticuatro minutos de la primera parte, el disparode Demanuele que valió el inquietante 1-1, se tomó la revancha y estableció, a los dieciséis del segundo tiempo, el 6-1 con este cañonazo a bocajarro que fue a estrellarse a las redes.
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Si decisivos fueron los primeros cinco goles de España para sentar la base de la colosal goleada, los dos de Maceda, en dos minutos, fueron los que aceleraron la cuenta hacia el festival. Este fue el segundo del gran astur, que, en plancha y de cabeza (fuera del objetivo de la imagen), remachó el rechace de la jugada anterior. Era el 7-1.
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Tras los dos goles del gijonés, un minuto más tarde exactamente, Rincón volvía a la carga con el tercero de su cuenta, que era el octavo en la cuenta española. Le había servido el cuero el propio Maceda, pero Rincón. como el resto de sus compañeros, ni se entretenía degustando las mieles del tanto. Había que volver a la carga, contra el reloj.
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Cuando faltaba un cuarto de hora para el final del encuentro y aún faltaban cuatro tantos para ganar la clasificación para la fase final de la Eurocopa, Santillana volvió a las andadas. Gordillo, una vez más, se internó por su banda driblando a contrarios, acrobáticamente, electrizantemente y peligrosamente, y su centro fue rematado por Santillana, que establecía así el 9-1
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Persiguiendo el esférico hasta fuera del campo, Rincón no quería ser menos que su compañero Santillana y quería colaborar como el que más para ganar sin regateos el viaje a Francia, fue el autor del décimo gol español, a los setenta y ocho minutos del emocionante encuentro.
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Al filo ya de los diez minutos para el final, en el treinta y cuatro de la segunda parte exactamente, un centro sobre puerta, esta vez de Señor, fue rematado por Sarabia, que recogió inmediatamente el cuero para volver al centro del terreno. Bonello era la estampa de la desolación . En el marcador España ya tenía sus anhelados once goles...
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Antes del partido, Miguel Muñoz había comentado que tal y como jugaba Malta podían sobrar minutos para alcanzar once tantos. Y en verdad que sobraron. Pero faltaba completar la docena para proclamarse campeones del grupo. Y el duodécimo impacto en las redes maltesas lo consiguió Señor, que había empezado fallando el penalti señalado por Goksel, pero que compensó con creces su fallo con el gol del triunfo.
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Después de anotar el transcendental 12-1, se vivivieron cuatro minutos interminables de emoción, tensión, suspense y cuando el turco Görksel pitó el final del partido, la eufória se desató en el terreno de juego. Poli Rincón hizo cuatro dianas y fue uno de los héroes del partido. Por eso no dudó en agarrar el balón y llevárselo a casa.
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Conscientes de haber vivido algo histórico, los lectores devoraron AS. De hecho, el periódico batió el récord de tirada con 400.000 ejemplares
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