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REAL MADRID

Por todo esto debería el Real Madrid pedir perdón...

Zidane estalló tras la derrota en Vallecas y pidió autocrítica en la hora más baja del Madrid en todo el curso. Todos estos pecados encendieron al francés.

MadridActualizado a
Bale, en Vallecas con el Real Madrid.
Bale, en Vallecas con el Real Madrid.Getty

El Real Madrid volvió a caer y acumula ya tres pinchazos seguidos: a los empates ante Leganés (1-1) y Getafe (0-0) se añadió la derrota en Vallecas (1-0). Desde su retorno, Zidane ya acumula tantas victorias (cuatro) como pinchazos (dos derrotas y dos empates). La excusa es la de siempre: la falta de tensión ante una temporada que terminó con la eliminación en Champions a manos del Ajax, la ausencia de objetivos por los que sudar la camiseta. Pero a Zidane parece que el discurso le ha valido hasta cierto punto y, tras caer frente al Rayo, estalló: "Hay que pedir perdón por todo lo que hicimos. Ha sido nuestra actitud. No voy a culpar un jugador o a dos... Estamos todos en el mismo barco, pero no podemos sacar de aquí que hay cosas buenas, no. Cero".

Bale, desaparecido... y 'huido'

Bale volvió a tener una oportunidad desde el once titular: ha entrado en él en cinco partidos de ocho con Zidane, pese a que está sentenciado y ya sabe que el club le ha colgado el cartel de transferible. El técnico le está dando oportunidades para lucirse y atraer mercado, pero el galés las está utilizando más bien para todo lo contrario: apenas un gol y una asistencia desde que retornó el técnico marsellés. En Vallecas volvió a naufragar: apenas dio 18 pases en 90 minutos (16 bien) e hizo tres disparos de poco peligro, dos a puerta. Se afanó poco en la recuperación (sólo un balón recobrado) y perdió ocho, el que más del ataque blanco.

Para colmo, no regresó con el resto del equipo en el autobús, de vuelta a Valdebebas; recogió su cena y se marchó por su cuenta. Desde el club justifican la decisión por entenderla algo habitual, aunque no deja de chirriar que, tras una derrota, el galés elija marcharse solo, quizás para tomar un vuelo, pues el equipo tiene previsto descansar hasta el miércoles y Bale aprovecha cada ocasión para marcharse a su Gales natal a jugar al golf, su gran pasión. Una vez más, Bale transmite una imagen de desconexión con el club y el vestuario, como ya han dejado claro varios compañeros y el hecho de que, seis años después, apenas se desenvuelva en español.

Los olvidados no dieron la talla

El partido de Vallecas permitió ver en el once a tres jugadores que saldrán del Madrid este verano, ante la escasa confianza que Zidane tiene en ellos: Marcos Llorente, Ceballos y Mariano. Era una oportunidad de oro para decir "aquí estoy yo" y mostrar sus aptitudes, pero los tres naufragaron dentro del pésimo nivel que dio el Madrid. Marcos Llorente cumplió en la recuperación (seis balones) y estuvo pulcro en el pase (92%), pero no aportó demasiada profundidad; Ceballos rascó poco balón (27 pases, 24 buenos), pero perdió 10 balones y no se asomó al ataque; y Mariano se marchó sin disparar, ni entre palos ni fuera de ellos, perjudicado también por el escasísimo flujo ofensivo del Madrid. Probablemente no habrá más madridistas que pidan la permanencia de los tres en el próximo proyecto blanco, si el objeto a juzgar es la derrota en Vallecas.

Modric y Kroos, igual de mal

Si Llorente y Ceballos no dieron la talla, tampoco Modric y Kroos estuvieron a la altura y su pecado es mayor, pues forman parte de la guardia pretoriana de Zidane. El partido del croata, actual Balón de Oro, fue desastroso: falló siete de 30 pases, perdió 13 balones, sólo recuperó cuatro, no disparó... El alemán le mejoró ligeramente (47 pases buenos de 52 totales), perdió un balón menos (12) y recuperó uno más (5), pero tampoco aportó el ritmo necesario. Modric agita con partidos así el fantasma de su edad (33 años, serán 34 en septiembre) y Kroos, el de que le falta sangre para ser clave en el mediocampo blanco, aunque su mal año no tapa su capacidad para ser el metrónomo madridista en el futuro.

Sin Ramos, sin solidez

Ramos lleva cinco partidos sin jugar por lesión y su ausencia se nota, vaya si se nota: dos victorias, dos empates y una derrota. Zidane ha dado el mando a Varane, que sigue deshojando la margarita sobre si se queda o se marcha (la presencia del técnico francés le tiene más cerca de lo primero), pero ni el ex del Lens ni su acompañante, ya sea Nacho o Vallejo, consiguen darle solidez al Madrid. El Rayo remató ocho veces, cinco de ellas a puerta (dos veces más que el Madrid), sacó seis córners... y apenas recibió seis faltas por las 21 que hizo el equipo de Jémez, síntoma de la distinta tensión que irradiaron ambos equipos.