El Deportivo, que jugaba para dormir líder, no pudo superar en ningún momento el entramado de un Tenerife que continua al alza. Justo empate en Riazor.
El Deportivo no había conseguido ganar nunca esta temporada tres partidos seguidos. El Tenerife no había ganado ningún encuentro fuera de casa este curso. Y la suma fue que ninguno de los dos logró superar sus demonios para firmar un empate con muy diferente sabor. Para los de Oltra, que regresaba a Riazor, es un punto que confirma la línea ascendente de su equipo. Para Natxo, un revés porque los coruñeses hubiesen dormido líderes de sumar los tres puntos.
El duelo comenzó, además de con una manta de agua, con dos equipos cortados por el mismo patrón. Presión arriba, balón jugado desde atrás y el punto de mira en la portería contraria. Con todo, el primer aviso llegó a balón parado en un gran cabezazo de Jorge Sáenz a pase de Milla que obligó a Dani Giménez a lucirse en la mejor ocasión del primer tiempo. La atrevida salida al campo del Tenerife no era un farol y el Depor, acostumbrado a llegar con cierta facilidad cuando juega en Riazor, no encontraba forma de hacer daño ni de imponer su ritmo en el partido. Sin mucho juego, los coruñeses comenzaron a amenazar aprovechando errores de los de Oltra en el tramo final del primer tiempo con remates de Borja Valle y Quique por duplicado. Poca cosa para un Depor agarrado a los detalles de Edu Expósito que echaba de menos la calma de Vicente y el desequilibrio de Fede Cartabia.
El segundo tiempo arrancó con la entrada de Naranjo y los mismos en el conjunto local, que curiosamente fueron los que más cambiaron. Natxo ordenó dar un paso adelante a sus laterales aumentando, al menos, la sensación de peligro porque Dani Hernández seguía inédito. Con el reloj acechando y el Tenerife empezando a amenazar a las espaldas de Malbasic. Natxo decidió buscar desborde con la entrada de Fede Cartabia, Kronh-Dehli y el debut de Nahuel. Y en un partido totalmente cerrado, la tuvo Quique en un saque de banda, pero su remate salió fuera por centímetros. Más cerca estuvo el gol en la última jugada, pero apareció Dani Hernández para recordar que también jugaba.
