El Extremadura ya puede fichar y el Córdoba promete sanearse
Son, aparte del Reus, los dos clubes con más problemas en Segunda. Uno ya ha inscrito a Casto y el otro confía en que Guardiola y el estadio les den más oxígeno.
El Extremadura, que era junto al Córdoba uno de los clubes que más preocupaban a LaLiga por su situación con el límite salarial (lo del Reus es agónico y está a otro nivel), ya ha comenzado a dar los pasos pertinentes para encarar la segunda vuelta con totales garantías y solvencia económica. El club presidido por Manuel Franganillo ya ha podido inscribir este viernes a Casto (incluso viajó a Lugo), que fichó en julio para reforzar la portería y que hasta ahora no había podido tener ficha para cumplir con el control económico a priori. Además, ha logrado que LaLiga acepte finalmente la documentación presentada por el ayuntamiento de Almendralejo como aval de que tendrá ingresos de inmediato para poder acceder al mercado de fichajes. Ahora mismo ya tiene margen para fichar y podría aumentarlo en los próximos días.
El club extremeño está ahora pendiente de algún trámite burocrático para emitir el contrato de patrocinio de la Diputación de Badajoz y de una parte del contrato que ha firmado con la Junta de Extremadura para poder aumentar ese límite salarial (5,1 millones de euros) y acudir al mercado antes de su cierre el próximo 31 de enero. El Extremadura está en puestos de descenso en estos momentos, pero la directiva peina el mercado, dentro de sus posibilidades, para realizar algunos fichajes que eleven el nivel del equipo.
El Córdoba, por su parte, ha hecho más declaraciones estos días que cumplimientos. En la Junta del pasado jueves aprobó un déficit del ejercicio anterior de 4,2 millones de euros y prometió que las estrecheces desveladas en As (límite salarial de 3,9 millones superado con creces) se van a arreglar en las próximas semanas mediante la venta de algunos jugadores como Aythami. También aseguró que el regreso de Guardiola para poder venderlo (cedido en el Getafe por 1,5 millones) y el convenio para la cesión de la explotación del estadio generará los ingresos suficientes para poder reforzar al equipo (también en descenso). El club, en causa de disolución, confía en acabar la temporada con menos problemas de los que ha arrastrado en la primera vuelta, aunque aún debe materializar estas promesas. Tiene dos semanas de plazo.
