Candidato al ascenso
El Real Zaragoza sólo ha ganado un partido, pero parece preparado, por fin, para pelear por lo máximo. A partir de ahora necesita sostener su ambición y su fútbol, y, sobre todo, mejorar su acierto ante el gol.
El Real Zaragoza sólo ha sumado un triunfo en estas tres primeras jornadas, pero parece preparado para pelear, por fin, por el ascenso directo. Tiene a la mejor afición y a un equipo al se le adivinan notables posibilidades de éxito. El sábado presentó su candidatura a todo con un primer tiempo primoroso y a partir de ahora necesita sostener su ambición y su fútbol en cualquier escenario y, sobre todo, mejorar su acierto ante el gol.
En La Romareda va a contar con el apoyo entusiasta de su fiel infantería, ahora mismo la más numerosa y creyente de toda la Segunda División, un viento de cola que no posee nadie y que asusta de verdad a los rivales. Ahí está sin ir más lejos el ejemplo de Manolo Jiménez, que, pese a contar con la plantilla más potente, se presentó en el coliseo zaragocista con cinco defensas y demasiados miedos.
Idiákez es el primero que se ha dado cuenta de esta fuerza de combate descomunal y no deja de subrayarla en cada partidos: “Estamos emocionados con el comportamiento de nuestra afición. La energía de La Romareda es algo fantástico. El zaragocismo se merece un premio y vamos a luchar para que lo tenga este año”.
Parece claro que el público de La Romareda está por aplaudirlo todo menos la cobardía futbolística y se ha dado cuenta de que éste puede ser el año del ascenso. El campeonato no ha hecho más que empezar, y está cargado de aspirantes, pero el mejor termómetro en el fútbol siempre suele ser el comportamiento de la propia afición. Y la afición de La Romareda está tan orgullosa como nunca de sus colores. Se la ve decididamente emocionada y con una fe muy llamativa.
Pero vayamos con el equipo, con los argumentos que el Real Zaragoza tiene en el terreno de juego para encarar su desafío. El Zaragoza conserva el armazón de la pasada temporada, con la única pérdida singular de su goleador y referente emocional Borja Iglesias, pero con la llegada de dos delanteros muy interesantes y complementarios como son Álvaro Vázquez, que marcó su primer gol, y Marc Gual. Y a ellos se ha sumado en el vértice izquierdo del rombo James Igbekeme, llamado a ser una de las sensaciones del campeonato. El nigeriano tiene quite y pase, y un ida y vuelta vertiginoso. Todavía está en fase de acoplamiento, personal y futbolístico, pero sus posibilidades tienen entusiasmado a Imanol Idiákez, que, como el director deportivo Lalo Arantegui, también espera de él un puñado de goles.
Y enseguida hay que hablar de Pombo, un Pombo en estado de gracia. Un Pombo maduro y mucho más concreto, que no debería desviarse de este camino que ha emprendido. Su actuación frente a la Unión Deportiva Las Palmas fue de altísimo nivel. En funciones de mediapunta y luego de segundo delantero, lo hizo todo bien y dejó una tarde espléndida.
El Zaragoza respondió con nota a su desafío frente al rival con más nombres de la categoría y sólo le faltó el VAR para haberse anotado una victoria de prestigio que hubiera disparado aún más sus aspiraciones. Su primer tiempo fue excelente, impregnado de un gran fútbol de combinación, pese a faltarle su cerebro Eguaras. Al navarro, le quedan todavía un par de semanas para volver al equipo después de una larga convalecencia por su pubalgia. Se le espera porque aún hará mejores a Pombo, a Papu, a Soro, a James, a Gual, a Álvaro...
Sí, el Zaragoza es candidato de verdad al ascenso directo. Pero ahora tiene que seguir demostrándolo.
