No sufrió mucho el Alcorcón para sellar su permanencia en Segunda pues ya desde los primeros minutos se adelantó al Reus. Solo una carambola (rota con el primer gol) podía mandarles a Segunda B pero los alfareros tuvieron que esperar, otra vez, a la última jornada para sellar la permanencia. El Reus, que solo presentó batalla durante los primeros minutos, fue casi un espectador de la fiesta local.
Al Alcorcón le valía el empate ante el Reus para evitar el descenso, pero desde los primeros instantes dejaron claro que no iban a renunciar a la victoria. Con un inicio quizás impreciso por culpa de los nervios, el Alcorcón se los quitó de encima a los ocho minutos. Álvaro Giménez, protagonista de todas las acciones de peligro de la primera mitad, marcó casi sin querer, con un remate de pecho a un balón que se le vino encima. El Reus, sin nada en juego y por detrás en el marcador, controló el balón y el partido (Carbia pudo empatarlo) pero no pisó prácticamente el campo contrario. Los locales, bien replegados, buscaron a Álvaro en la salida. Pero fue Bruno Gama quien aumentó aún más las distancias en el marcador con un buen disparo al palo largo y prácticamente sentenció el partido.
El Reus cambió el dibujo tras el descanso con la entrada de Lekic, y el serbio pudo cambiar el partido: peinó un balón que Édgar empujó al fondo de la red, pero el colegiado anuló el gol por fuera de juego. Y a partir de ahí, ya casi no pasó nada en el resto de los 45 minutos. Muchas imprecisiones, posesión dividida y acciones sin peligro. Hasta que Álvaro Giménez mató el partido: tiró un fantástico desmarque a la espalda de Tito y no perdonó en el mano a mano con Badia. La goleada, de hecho, pudo ser mayor a no ser por el habitual acierto del meta del Reus.
