El Molinón sigue siendo un fortín con Rubén Baraja
El gol del uruguayo Santos, al filo del descanso, resultó clave. El Nástic, el mejor equipo visitante de la categoría, no pudo hacer un gol.
EI Sporting de Rubén Baraja sigue intratable en casa. El Molinón sigue siendo un fortín inexpugnable desde el relevo en el banquillo rojiblanco, hasta el punto de que el mejor equipo de la categoría lejos de su campo, el Nástic, no pudo ni siquiera marcar en el estadio gijonés.
El orden defensivo que quiere su entrenador y el estado de gracia de su máximo goleador sirivieron para desequilibrar el partido. El gol de Santos en la última jugada de la primera parte resultó clave para romper un encuentro que tenía visos de cambiar la tónica de los últimos cuatro encuentros, precisamente por la peligrosidad y el descaro del conjunto tarraconense fuera de casa.
El Sporting tuvo un magnífico inicio, un cuarto de hora al que solo le faltó la guinda del gol. Pero ni Castro ni Santos acertaron en sus remates, casi siempre en llegadas por la banda izquierda donde Jony se estrenaba de titular, y el Nástic comenzó a soltarse, a hacerse con el balón y a acercarse a la portería de Mariño.
Cuando el duelo parecía abocado al descanso, Michael Santos aprovechó un pase a la espalda de la defensa para mostrarse letal y poner en ventaja a su equipo. El tanto dejó muy tocado al equipo catalán.
Tanto fue así que el comienzo de la segunda parte fue un calco de la primera. El Sporting salió decidido a resolver el partido ante un rival que pareció desinflarse. La entrada de Rubén García le dio frescura al ataque asturiano, que consiguió el gol de la tranquilidad precisamente por medio del recién incorporado.