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BETIS 1 - LEIPZIG 1

Gris empate del Betis ante un Leipzig superior (1-1)

Los de Poyet cierran la pretemporada con sensaciones agridulces. Rubén Castro, de penalti, evitó la derrota en Alemania.

Gris empate del Betis ante un Leipzig superior (1-1)
Gris empate del Betis ante un Leipzig superior (1-1)Hendrik SchmidtEFE

Las pretemporadas sirven para coger un ritmo que el Betis parece ir perdiendo tras las tablas firmadas en Leipzig. El conjunto alemán endosó un duro correctivo al Betis, aunque el empate final moderó una superioridad que fue total y constante durante el duelo que ambos disputaron para cerrar el periplo de amistosos de verano antes del arranque liguero. Recién ascendido a la Bundesliga a través de un buen proyecto fabricado a base de talonario, el equipo alemán dominó el juego, aprovechó las carencias defensivas de los verdiblancos y encendió las alarmas en el Betis a menos de una semana del choque ante el Barcelona en el Camp Nou. Desapareció la presión alta impuesta por Poyet, desaparecieron las asociaciones en la línea de tres cuartos y nunca olió la posesión. Aun así, hay algo que no cambia: la pegada de Rubén Castro y las paradas de Adán.

El primer tiempo expuso el contexto: el Leipzig tomó los mandos y el Betis echó sus líneas muy atrás. Demasiado para que el deseo de tener llegadas fuera posible. Los de Poyet protagonizaron numerosas pérdidas en la zona media: ni Petros toma el rol de cierre que necesita el técnico ni Felipe Gutiérrez se asienta como pieza de interior. El once que saltó al césped germano puede estar muy cerca del que juegue en el Camp Nou, con Pezzella y Mandi en la zaga y Joaquín y Musonda en las bandas acompañando a Rubén Castro. Por ello, las malas sensaciones se acrecientan. Una buena parada de Adán ante Poulsen fue lo más reseñable de un primer tiempo sin brillo y con el dominio total de los alemanes.

Incrementó más el ritmo el Leipzig tras el descanso y el Betis no cambió su cara. Poyet modificó algunas de sus piezas, pero fue el cuadro local el que golpeó con un latigazo desde fuera del área de Halstenberg. Merecido tanto para el Leipzig, que a falta de media hora se ponía por delante tras un dominio casi asfixiante del que el Betis no podía escapar. Sin armas para controlar el juego, se limitó a buscar alguna acción rápida que sorprendiera a la adelantada zaga alemana. Y lo consiguió siete minutos más tarde cuando Rubén Castro buscó a Jonas Martin dentro del área y éste fue derribado de forma inocente por su marcador. El canario, con tranquilidad, anotó el penalti que ponía las tablas en el marcador.

Quedaban minutos para un intercambio de golpes y más piezas sobre el campo. Fabián puso más control y sobre todo más presión al centro del campo del Betis, que soportó entonces mejor el control de balón del Leipzig. Ceballos también tuvo minutos y eso varió la lucha de mandos de ambos conjuntos. Fue de menos a más el cuadro de Poyet, pero el claro sabor agridulce amenaza con poder extenderse a un inicio liguero que precisamente no presenta al mejor invitado posible como primer enemigo.