Gameiro le quita las portadas a Llorente y doma al Athletic
El francés hizo los dos goles, uno de discutido penalti de Laporte a Krychowiak. Excelentes Cristóforo y Vitolo. Raúl García se lesionó. El Athletic, gris, pidió penalti a Aduriz.
De menos a más, el Sevilla terminó borrando del mapa al Athletic y le pasó por la derecha en la clasificación. El partido de Llorente, además, terminó siendo el de Gameiro. Confundido delante del gol en los últimos tiempos, esta vez el francés no dudó cuando Vitolo le envió un balón en largo. A la carrera, su especialidad, hizo el 1-0 y cambió el guión de un partido que en el inicio pintó muy mal para el Sevilla, sostenido por el larguero y una buena parada de Sergio Rico. Realista, el Sevilla prefirió ser el equipo de perfil bajo del partido y renunció al balón pese a su condición de local. El caso es que se sintió mejor. Emery alineó un equipo sin filo, pero muy estable en el centro del campo. Después de largos meses de rehabilitación (sólo jugó 166 minutos la temporada pasada), Cristóforo se ha reencontrado en la élite. Junto al uruguayo, la sensación del partido por hacer de todo y todo bien, Krychowiak, Krohn-Dehli y Banega equilibraron al equipo y fueron más y mejor que San José y Banega. Vitolo y sus serpenteos ente líneas también resultaron indescrifrables para los centrales, que sufrieron con el canario, jugador superior.
El Athletic, no obstante, creyó tener motivos para sentirse perjudicado con Prieto Iglesias, que pitó un penalti extraño sobre Krychowiak en el que no quedó claro si Laporte derribaba al polaco o éste se daba con el suelo. También pasó por alto un empujón de Konoplyanka (despistadísimo) a Aduriz, al que se llevaban los demonios y que vio una tarjeta que le impedirá jugar en el Camp Nou. El Athletic había llegado a Sevilla como un ogro y una aparente colección de recursos ofensivos para preocupar seriamente al Sevilla, pero de pronto se fue quedando sin ideas de forma preocupante, como decaído desde que Raúl García abandonó el partido lesionado. Podría decirse incluso que el Sevilla vivió cómodo buena parte de la segunda parte y cerró una primera vuelta de impresión en casa, donde ha sometido a Madrid, Barça, Valencia y, finalmente, al rutilante Athletic que no tuvo estrella en el Sánchez Pizjuán ni fue el de sus mejores días. Topó con el Sevilla, en el que Emery lleva probando sistemas y perfiles casi todo el año. Al fin, parece haber encontrado la fórmula.