"Si Galca es igual de profesional que de jugador, triunfará"
Raúl Longhi está disfrutando de sus vacaciones en Barcelona. Seguirá un año más en el Johor de Malasia. Longhi fue la persona que trajo a Galca a España.
—Galca llegó a la Liga española porque usted dijo sí.
—Trabajaba como scouting en el Mallorca y a raíz de un vídeo, el entrenador (Víctor Muñoz) me envió a Rumania para ver a Galca. Fui a Bucarest. Estuve dos semanas y lo vi en tres ocasiones. Era un centrocampista con pase largo, capacidad de trabajo, resistente y visión de juego. Cumplía el perfil. Les di el sí.
—¿Tenía madera de entrenador?
—Siempre fue muy profesional, trabajaba de forma excelente y se cuidaba. Como técnico no lo conozco, no puedo opinar. Pero si tiene los mismos hábitos que tenía de jugador, será un estudioso y gran entrenador.
—¿Le sorprendió el relevo en el banquillo?
—Me pareció precipitado. No hubo un paso previo. Sergio hizo un año aceptable y habían subido chicos del filial. Este segundo año era difícil, porque Héctor Moreno y Sergio García hacían mucho. Ante el Celta la imagen no fue nada buena.
—¿Conocen al Espanyol en Malasia?
—Sí, pero no tiene mucho seguimiento. El jugador más conocido allí y que me recuerden es Raúl González. Estoy disfrutando y se lo agradezco a Martín Prest, quien confió en mí.
—En ocasiones, usted se mide a equipos chinos. ¿Qué nivel en el país del dueño perico?
—Sus jugadores van evolucionado gracias a los extranjeros que están con ellos.
—¿Alguno podría jugar en la Liga española?
—Algún jugador tendría nivel, pero solo para jugar en equipos de la zona media baja. Tienen nivel técnico y tienen trabajo, intensidad y juego, y son jugadores acoplables.
—¿Cuál es su principal problema?
—La metodología del fútbol base. Hay carencias. Ahora se están implantando modelos de otros países con la llegada de técnicos foráneos. Nosotros tenemos tres técnicos del Borussia Dortmund que están mejorando el nivel de nuestros jugadores de base.
—¿Existe el rondo?
—Si que existe, pero le llaman el Kaku. Lo hacen más por diversión que por trabajo. Nosotros implantamos que hagan diferentes rondos, que haya matices, para que aprendan.
—¿Qué es lo más surrealista que vivió en esta aventura?
—En el país hay mayoría musulmana. Los jugadores rezan bastante y cuando es la época del Ramadán se entrenan a las 23:00. A veces tenemos que interrumpir la sesión porque, al lado del campo, hay una mezquita y se escuchan demasiado los rezos. Hay un imán que viaja con el equipo siempre.