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Entrevista con 'Bentley'

Actualizado a

Dani Hidalgo

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Cuando surgen oportunidades hay que aprovecharlas y cuando veo algo original para Zona Roja no lo pienso dos veces. Hace un par de años nos limitamos a hacer una entrevista con Chad Johnson (Ochocinco) en un hotel de la capital para la edición impresa del periódico y todo alrededor del Madrid, sin caer en que tendríamos que haberle hecho unas preguntas para el blog. Desde entonces, siempre tuve una espina clavada, aunque creo que puedo redimirme para terminar este 2012. Como una de las últimas entradas del año, me enorgullece poder presentar una entrevista con Bentley. ¿Quién es Bentley? Un coche, pero no uno cualquiera. Aprovechando mi estancia en Washington, me encontré con este tal Bentley. Concertar la entrevista fue algo extraño... casi más que hacerla. Quedamos en un barrio de Maryland, mientras su propietario hacía las compras. No soy un aficionado a los coches y nunca me había tocado hablar con uno. Tampoco había fumado peyote o algo similar para darle sentido a la experiencia (y tampoco para redactar esto).

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—Hola Bentley. ¿Me escucha?
—Sí. Hola.
—Usted tiene pinta de ser de todo menos un Bentley... Preséntese a nuestro público.
—Soy ‘Bentley’, un Mazda 626 del año 1991. Manufacturado en Japón para ser exportado a Estados Unidos. Tengo unos 370.000 kilómetros de uso, pero sigo a tope, aunque en el frío me cuesta bastante arrancar. Antes vivía en Florida. A veces me llaman “baby” o “boo” (cariño, en inglés).
(Pasan unos 15 segundos de silencio incómodo)
—¿Y por qué estamos hablando?
—Llevo varios meses saliendo en reportajes. Vamos, los que hablan sobre mi propietario. Me imagino que será por eso.
—¿Su dueño? ¿De quién se trata?
—Es un jugador de la NFL.
—Sin ánimos de ofenderle, creo que me está mintiendo. Un jugador de la NFL tiene fondos para comprarse un coche nuevo. Y aunque no pase de la plantilla de entrenamientos, los hay nuevecitos y bastante baratos.
—Ya. Al mío no le va nada mal, la verdad. Él siempre mantiene que “la lealtad hoy en día es rara. Y yo tengo orgullo en eso”. Soy el primer coche que tuvo y me tiene mucho aprecio. Gana lo mínimo para un rookie, unos 390.000 dólares por año (294.000 euros).

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—Sea quien sea, debe de ser ridiculizado por sus compañeros de equipo...
—Alguna mofa se lleva a mi costa y también le he dejado de funcionar en alguna ocasión. Pero es el mejor dueño que hay. Hace unas semanas, sobre mí dijo que “algún día mis hijos conducirán ese coche. Cuando deja de funcionar, lo llevo a arreglar. Así soy, esa es mi forma de ser”.
—A mí ya me pica la curiosidad... Se está haciendo el interesante, así que veré si puedo adivinar quién es este dueño tan particular. ¿Cuál es su mejor recuerdo?
—Conducir 20 horas de Florida hasta Washington (1.400 kilómetros) tras el Draft 2012 de la NFL. Fue un viaje de lo más feliz. Por desgracia, no vengo equipado con radio y tuvimos que tararear la música juntos.
—Un rookie... ¿En Washington? ¿RGIII?
—Venga ya, hombre. Ese conduce un Chrysler Pacifica, uno de los coches más modestos de la liga, pero tiene pijadas como posavasos y un lector de CDs. Cosas que yo sólo conozco de oído... Le doy una pista: mi dueño jugó en Florida Atlantic. Un equipo de football universitario que perdió 11 partidos en 2011 y sólo ganó uno.
—Su presentación está dejando algo que desear...
—Fue elegido en sexta ronda del Draft.
—Mantengo lo dicho...
—Es el cuarto runningback con más yardas de la NFL. Más que cualquier otro rookie.
—Ah bueno, esto ya es otra cosa. ¡El gran Alfred Morris!
—Así es.

AlfredMorris

—Tengo dos preguntas para acabar. La primera, ¿sabe qué opina de no ser considerado seriamente para el premio de rookie ofensivo del año? Participa en el mejor ataque de carrera de la NFL y ha hecho olvidar que los Redskins no tendrán primeras rondas de Draft en los dos próximos años.
—Ya se lo pregunté el otro día. Fred me dijo: “Bentley, la NFL no es una carrera, sino una experiencia. Las carreras profesionales duran entre 40 y 50 años y la gente envejece haciéndolas. Yo, por mi parte, quiero jugar el máximo tiempo posible. Quiero estar aquí unos doce años. Y lo que he aprendido hasta ahora es que lo que mantiene a uno en la NFL no es la calidad ni el reconocimiento, es la durabilidad. Y una de las cosas de las que más orgullo tengo es ser duradero”.
—Interesante... ¿Y por qué celebra todos sus touchdowns emulando un ‘home run’ de béisbol?
—Durante la pretemporada, un equipo de béisbol infantil se alojó en el mismo hotel que los Redskins. Fred pasó tiempo con ellos, nadó con ellos, y comió donuts con ellos. El día siguiente, fue a ver el partido de los chavales. Estos, encantados, le pidieron que cuando marcase un touchdown, que les dedicara la celebración. Fred no lo olvidó y ha celebrado emulando un home run las diez veces que ha marcado esta temporada. “Recibo sus mensajes y los de sus padres por Twitter, encantados. Me trae alegría al corazón”.
—Bueno, Bentley. Ánimo con todo y a seguir fuerte. Te voy a dejar esta camiseta en el maletero para que la firme Alfred, ¿vale?
—OK, pero no te garantizo nada.

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dhidalgonfl@yahoo.es / twitter: @danihidalgo