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SKATE

“Llegué a pensar que era lo peor que había hecho, pero cuando estás tan metido…”

Ronnie Sandoval explica su dura batalla con el drop a bank desde un tejado que acababa en la carretera y en la cual que se dejó la piel, literalmente.

El skater Ronnie Sandoval cayendo en la carretera en uno de los trucos más difíciles de skate que ha planchado en su vida.
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En As Acción somos fans de los My War de Thrasher Magazine. Porque obviamente todo el mundo quiere ver los trucazos, el resultado final, pero lo que de verdad nos llegan son las historias y las de esta webserie son tan duras como interesantes. Permiten, además, ver la cruda realidad del skate.

Este capítulo está dedicado a Ronnie Sandoval y un drop a bank que partía del tejado de un chalet y acababa en una carretera de varios carriles. Vaya, que el peligro acechaba por todas partes. Le acompañan en la aventura los míticos Geoff Rowley y Roman Pabich, que tras deshacers en elogios hacia el veterano skater, luego explican interesantes curiosidades sobre el truco. "Lo puede patinar todo", dicen. Y no es equivocaban.

La historia con este spot ubicado en Glendale (California, Estados Unidos) empezó con Ronnie reconociendo que no sabía "cómo encararlo". De hecho, el primer día asegura que no probó ni una sola vez, se limitó a probar el bank. Pero cuando supo que otros se estaban mirando ese spot, le entraron las prisas. Así que guantes, chaqueta, unos arreglos en madera para que todo fluya... y al lío. Con un previo "creo que puedo morir" por parte suya y un "creo que Ronnie estaba nervioso, pero también creo que no sabía dónde se metía" por parte de Pabich.

Ya en plena lucha, Sandoval afirma que era "una batalla contra mi propia cabeza", porque llegó hasta la parte baja muchas veces y una vez en el asfalto se pegaba el tortazo. Llegó a decirse "no quiero hacerlo más, es lo peor que me he hecho, recibí dos fuertes golpes en la cabeza, pero cuando estás tan metido... no hay vuelta atrás". Y tras cambiar la configuración de los ejes, coger aire y subir otra vez hasta el tejado, esperó a que le dijeran que podía tirarse y lo logró. Con un "me duele el culo" que cierra la historia perfectamente y con una curiosidad: asegura que lo que más costaba era que el spot tuviera tráfico, ya que no tiras el truco cuando quieres sino cuando no vienen coches. Y si no estás preparado, entonces vuelven a pasar coches y tu cabeza piensa que tendrías que haberlo hecho y entras en un bucle.

Desde luego, es tal cual asegura al final del vídeo: “Me hago mayor, pero mis amigos me mantienen joven...”.