El mundo de la escalada vuelve a estar de luto. Este domingo, el estadounidense Austin Howell ha fallecido a la edad de 31 años tras precipitarse al vacío cuando realizaba escalada libre por uno de sus lugares de referencia. Un duro golpe para el mundo del free solo y que, una vez más, deja latente la gran peligrosidad que entraña esta exigente modalidad de escalada.

Así pues, nos deja uno de los grandes. Howell saltó a la fama después de escalar la mítica pared de Linville Gorge –el mismo lugar donde falleció- con simplemente un sombrero a modo de vestimenta y equipamiento. Más allá de eso, su carrera acumuló más de 19 subidas libres en paredes que superaban el 7a+, un nivel de lo más difícil y exigente.

Este escalador entendía la escalada como un proceso de meditación mucho más allá de la búsqueda de emociones fuertes. En palabras del mismo Howell, la escalada significaba tenerlo todo bajo control. Sin dejar nada a la suerte, este escalador interiorizó la técnica de la escalada libre sin perder su estilo ni su peculiar forma de ver la vida.

Howell se caracterizaba por su estilo libre que englobaba todos los sentidos. Más allá de saltarse la exigencia de usar un equipamiento adecuado- se le podía ver escalando descalzo o con zapatos de calle-, este peculiar escalador renegaba de todo sponsor para encontrar la autenticidad máxima de la escalada. Un purista, sin duda, que quedará en grabado en la historia de la escalada como uno de los más grandes y auténticos. Pocos atletas quedan como él. ¡Que en paz descanse!