Aston Martin diseña un submarino estilo James Bond para millonarios
Totalmente operativo y con un diseño que parece salido de SPECTRA. Y sólo vale 3,3 millones de dólares.
En el mundo de las fabricantes de coches, Aston Martin no es solo sinónimo de elegancia, lujo y buen hacer, sino que la marca está y estará ligada para siempre a una de las sagas cinematográficas más veteranas y también más ‘brit’ de la historia del cine: James Bond. ¿Por qué? Pues un modelo de nombre Aston Martin DB5 tiene la ‘culpa’ de ello, mítico coche inmortalizado en el no menos mítico James Bond contra Goldfinger.
Un submarino estilo James Bond
A partir de aquella colaboración, y durante su más de medio siglo de vida, el espía 007 ha ido alternando distintos actores en su piel y ha trabajado con otras marcas de coches, como Lotus con las Bond de Roger Moore o BMW con las de Pierce Brosnan. Pero gracias a los Bond de Daniel Craig, el 007 más reciente y expeditivo, Aston Martin volvió al garaje de Bond donde siempre ha pertenecido desde Casino Royale. Y esta semana, la marca británica ha anunciado una particular colaboración con la empresa Triton Submarines. Y decimos particular porque no se trata de un coche, sino de un submarino completamente funcional y para uso privado.
Denominado en su fase inicial ‘Project Neptune’, el diseño del sumergible está basado en el Triton 1650/ 3LP, un vehículo descrito como ‘super yate’ que puede sumergirse en el agua y tiene espacio hasta para tres personas. El Triton 1650 tiene autonomía para sumergirse hasta los 500 metros y mantenerse 12 horas sin recargar, lo que se desconoce es si Neptune también repetirá estas especificaciones o irá más lejos, ya que la marca Triton también fabrica submarinos capaces de afrontar la gigantesca profundidad de la Fosa de las Marianas, a casi 11.000 metros por debajo del nivel del mar.
Sólo para mega-millonarios
Creado por Aston Martin Consulting, un nuevo estudio creado para diseñar y vender en el mercado artículos de esos que sólo un príncipe de Dubai o un billonario ruso podrían permitirse. El Project Neptune es su primer ‘juguete para niños grandes’, y hacerse con uno, que hasta viene con un brazo con pinza para manejar y recoger cosas a distancias -¿quizás la botella de champagne?-, vale ‘calderilla’ para este tipo de clientes y una cifra imposible para el 99% de los humanos restantes: 3,3 millones de dólares.
Eso sí, el diseño tipo submarino de SPECTRA mola muchísimo. Pero no es el Lotus Esprit sumergible que La Espía que me amó inmortalizó como uno de los coches Bond más sorprendentes, y que el mismísimo Elon Musk, el jefe de la marca de coches eléctricos autónomos TESLA, compró en una subasta.