¿Qué hace la NASA con el cadáver de un astronauta en el espacio?
Si alguna vez habéis tenido la duda de qué pasa si un astronauta fallece en plena misión, este es el protocolo de la NASA.
Desde que Estados Unidos y la antigua URSS entraron en una competición pública por ver quién era la primera en llegar a la Luna en plena Guerra Fría, la conquista del Espacio ha sido un tema que ha fascinado. Y sigue haciéndolo, sobre todo con los planes de enviar sondas tripuladas a Marte, de alcanzar el viaje interestelar para llegar antes a los confines de una galaxia ahora inaccesible. Pero como toda gran historia, la carrera espacial ha tenido accidentes.
Protocolo en caso de Muerte
Dos de los más graves que la NASA ha sufrido en su historia fueron el incendio del Apolo 1 en Abril de 1967, que mató a los tres tripulantes designados para ser los primeros ‘jinetes espaciales’ del proyecto Apolo, y la tragedia del transbordador Challenger en 1986, que impactó al mundo entero al ser retransmitida y ver en directo cómo la nave simplemente estallaba y no dejaba más que escombros. Pero estos han sido curiosamente accidentes de naves espaciales sucedidos en Tierra. La duda que a muchos se les ha planteado alguna vez es, ¿qué sucede si un astronauta muere en el espacio? Es decir, ¿cuál es el protocolo oficial de la NASA?
El primer pensamiento lógico sería guardar el cadáver dentro de la lanzadera o módulo de mando para ‘repatriarlo’ a casa. Pero luego uno pensaría en la dificultad de esto dadas las condiciones a las que una nave está sometida en su reentrada. Lo lógico sería acordarse de films como Star Trek 2: La Ira de Kahn y decir que el cadáver se lanzaría al espacio igual que suele hacerse en la Marina depositando el cuerpo en el mar. Pero eso no es posible, ya que la ONU no lo permite por considerar que un cadáver en el espacio es ‘contaminación del cosmos’.
Cremación en frío
Quitando los accidentes comentados, las misiones espaciales en general han demostrado ser bastante seguras. Pero la NASA lleva tiempo con la cabeza en Marte y en otros destinos, lo que implica viajes más largos y por tanto una posibilidad mayor de accidente. Y el protocolo que han propuesto es llevar el cuerpo del astronauta de vuelta, pero no entero, siguiendo el programa ‘Body Back’: el cadáver del astronauta se aislaría 24 horas para que no se contaminase.
Pasado ese tiempo, el cuerpo se metería en una bolsa de tejido GoreTex hinchable, convirtiéndolo en una especie de sarcófago. A continuación se haría un funeral con los astronautas y una comunicación abierta con la Tierra para que pudiera estar presente la familia del fallecido, algo que Wiigh-Masak, investigador del programa Body Back, tilda de “hecho sin precedentes”, ya que nunca se ha hecho un funeral así e implicaría seguro la participación de destacadas figuras del Gobierno ante un evento de índole histórico como ese.
El último paso sería introducir el sarcófago en una esclusa, y dejarlo hasta que el cadáver se congelase por el frío espacial y quedase en estado sólido, momento en que un robot le daría sacudidas al sarcófago para desintegrar el cuerpo y que sólo quedase el polvo de este, unos restos que serían llevados a la Tierra. Como vemos una curiosa forma de cremación en frío que no sabemos si alguna vez se aplicará en una de las futuras misiones que la NASA tiene por delante.