El Perfumerías Avenida perdió este jueves en Salamanca, ante el conjunto ruso del Nadezhda (65-70), lo que le impide clasificarse para las semifinales de la Eurocopa de baloncesto femenino, ya que tenía que ganar por una diferencia superior a los ocho puntos. Mucho tiempo del encuentro soñó con la posibilidad de acceder a las semifinales de esta competición europea, pero el último cuarto cayó de forma contundente por un parcial de 9-30, lo que le devuelve a su realidad española, tras ganar la Copa de Reina y seguir con opciones de ganar la Liga Dia.

Pero las rusas del Nadezhda, entrenadas por el español y experfumero Víctor Lapeña con la también española Laura Nicholls en su plantilla, demostraron esta noche que tienen no solo fuerza física, sino moral, ya que durante los tres primeros cuartos del partido llegaron a estar
16 puntos abajo. En el último cuarto, sin embargo, remontaron, con solvencia, con fuerza, con técnica y con una gran efectividad en el tiro exterior.

Desde el inicio del partido, las salmantinas quisieron el partido y su entrenador, Miguel Ángel Ortega, dispuso un quinteto inicial sorprendente para defender con fuerza y con mucha presión a las mejores jugadoras rusas, como Wheeler o Jones. Sin embargo, el comienzo no fue como se esperaba, ya que en los tres primeros minutos el Perfumerías Avenida se puso por debajo en el marcador, 6-11 tras un triple de Shilova, que llevó a Ortega a pedir su primer tiempo muerto y a empezar con los cambios. En ese momento llego la efectividad por parte de las salmantinas, con una defensa más eficaz y un ataque más claro, lo que llevó al final del primer cuarto a un empate a 23 puntos.

A partir del segundo cuarto, el Perfumerías Avenida tomó las riendas del partido y poco a poco se fue despegando, gracias a Loyd y a Silvia Domínguez. Ya en el tercer cuarto, el conjunto de Salamanca seguía a lo suyo, desbocado en ataque, sobre todo con una gran Eldebrink y, de nuevo, con los triples de Silvia Domínguez. Sin embargo, en el último cuarto la situación se tornó de forma radical, como si las rusas del Nadezhda se hubieran guardado una última bala en la recámara