Del mismo modo que hace un año Benite ajustó el partido en el último minuto para dar vida al UCAM en la eliminatoria ante Iberostar Tenerife (luego rematada en suelo canario), el cuadro murciano sufrió en sus carnes lo que espera que no sea un revés definitivo. La derrota en la pista del Antwerp (75-67) deja además un sabor especialmente amargo porque tras 15 minutos de reacción igualando un -16 (50-34) encajó un parcial 8-0 en cuestión de un minuto. Tendrá que ganar de forma amplia dentro de una semana en el Palacio de Deportes o lo que parecía un reto asequible, el de acceder a cuartos, se convertirá en pesadilla.

Dejó para el final lo que debió solventar pronto. Pero es que salida a pista en Amberes fue realmente mala. Primero Bako (con 10 puntos de los 12 con el que los belgas arrancaron el choque) y después Lee, que acabó el primer tiempo con 16 puntos, sacaron los colores a un desconocido UCAM. Los de Sito Alonso, imprecisos en ataque y endebles en defensa hasta entonces, mejoraron tras el descanso. Booker comenzó a anotar triples y Soko, haciendo de pívot por momentos, tiró de despliegue físico para hacer daño en la pintura. La renta iba decreciendo de forma paulatina hasta que en el último cuarto se llegaba al empate (67-67). El UCAM había hecho lo más difícil e incluso tenía a tiro ganar el choque de ida, algo que parecía impensable, pero en un arreón belga, sumado a la relajación universitaria, llegó un 8-0 de parcial para el 75-67 que complica seriamente la eliminatoria.