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VENTANAS FIBA

Las Ventanas 2.0, otro problema a la vista para la FEB

La siguiente fase de Ventanas serán las eliminatorias para el Eurobasket 2021. Empezarán el próximo noviembre y también traen polémica.

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Las Ventanas 2.0, otro problema a la vista para la FEB
Javier GandulDIARIO AS

El conflicto de las Ventanas no terminará este mes de febrero cuando acabe la fase de clasificación para el Mundial de China. A partir de noviembre de 2019, la FIBA pondrá en marcha la última fase de clasificación para el Eurobasket 2021 que España, pese a su condición de mejor selección de Europa y número dos del ránking mundial, estará obligada a jugar y que, de hecho, ya ha celebrado rondas previas entre países de poca tradición como Dinamarca, Albania, Eslovaquia, Luxemburgo, Armenia, Portugal, Dinamarca, Chipre, Bielorrusia, Suecia, Islandia o Bélgica. Un Eurobasket en el que, por cierto, estaba interesado España hasta hace pocas fechas...

Se formarán ocho grupos de cuatro equipos que jugarán en cuatro ventanas (noviembre de 2019, febrero y noviembre de 2020 y febrero de 2021). De ahí saldrán los 24 clasificados para el Eurobasket de 2021. Pasar ese filtro será relativamente sencillo. El problema será reclutar jugadores.

Para la FEB, que ya ha tenido numerosos problemas y conflictos internos para confeccionar un equipo de garantías que pelee por estar en el Mundial de China 2019, las Ventanas de clasificación del Eurobasket doblarán el problema ya que, por un lado, la FIBA aprieta para que estén los mejores jugadores y, por otro, los clubes de la ACB ya se ven venir el problema de ceder a sus jugadores en fechas de temporada para una clasificación sencilla a la que muy pocos ven el sentido.

Algunas voces dentro de la FEB consideran que la única manera razonable de afrontar esa fase de clasificación es tirando de los más jóvenes. Les serviría como formación y gozarían del suficiente nivel para alcanzar el objetivo de la clasificación. Sin embargo, la FEB siente la presión de la FIBA. Una situación que no es cómoda y que tiene que ver con la cronificación de un conflicto que de momento no encuentra salida y que de ser una guerra Euroliga-FIBA ha pasado a tocar a clubes y federaciones nacionales.