LA INTRAHISTORIA

El cargo de seleccionador para el que antes se ofreció Rodman

La leyenda de la NBA viajó en varias ocasiones a Corea del Norte donde labró una gran amistad con el líder del país, Kim Jong-un.

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Kim Jong-un y Dennis Rodman.

En las pasadas y convulsas elecciones de Estados Unidos, el excéntrico Dennis Rodman (55 años, cinco veces campeón y uno de los jugadores más controvertidos de la historia de la NBA) apoyó a Donald Trump después de haberse ofrecido años atrás a su predecesor, Barack Obama, para mediar entre él y Kim Jong-un, Líder Supremo de Corea del Norte: “Creo que es un buen tipo, solo quiere que Obama le llame por teléfono. A los dos les gusta el baloncesto, así que podrían comenzar por ahí…”.

Rodman hablaba así hace casi cuatro años y tras viajar al país asiático, donde se llegó a ofrecer para ejercer de seleccionador y donde acudió como una leyenda de esa NBA de la que es gran aficionado Kim Jong-un. El intercambio de ostentosos regalos entre el Líder Supremo y el exjugador fue incluso material de investigación para el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Meses después de cantar “cumpleaños feliz” en persona al dirigente norcoreano antes de un partido amistoso organizado en su honor, Rodman dio marcha atrás porque el asunto empezaba a provocarle dolores de cabeza importantes en su país, donde hasta en las más altas esferas se criticó su extravagante basketball diplomacy (diplomacia a través del baloncesto). Lo hizo tras pasar por un centro de rehabilitación justo después de viajar a Corea del Norte: “No quiero ser el héroe de nadie pero tampoco quiero que me consideren la personificación del demonio. Si no quieren que vuelva a Corea del Norte, no volveré. Solo quería que se entendieran las razones por las que viajé allí, un lugar donde la gente es buena”.