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ELECCIONES FEB | ALFONSO CABEZA

“Esto no es un chiringuito, hay unas 500.000 licencias”

Alfonso Cabeza, presidente del Rivas Promete de la Liga Femenina 2, es uno de los tres candidatos a la presidencia de la FEB (las elecciones son el 9 de julio).

“Esto no es un chiringuito, hay unas 500.000 licencias”
FEB

¿Qué relación tiene Alfonso Cabeza con el básquet?

—Empecé a jugar con ocho años, fui entrenador con doce y a mi mujer la conocí por el baloncesto. He sido de todo menos árbitro. Trabajé en la Asociación de Baloncesto Femenino y ahora soy presidente del Rivas. Llevo 40 años ligado al mundo del baloncesto.

—Presente su candidatura.

—Es de confluencia con Germán Monge. Es una candidatura profesional, transparente, que rompe con el pasado. Queremos una Federación moderna, activa y transparente. El objetivo es ponerla al día.

—¿Por qué la alianza con Monge?

—Nuestros programas son muy similares; estamos de acuerdo en el 90% de los temas. Queremos dar el perfil profesional, activo, transparente; tenerlo todo controlado.

—Se presentan como la única candidatura que puede cambiar la FEB.

—Las otras dos las componen gente que está dentro. Nosotros, no. Al menos tenemos el beneficio de la duda. Se han hecho cosas bien y otras mal. Queremos cambiar las que se han hecho mal.

—¿Por ejemplo?

—Ha habido demasiado personalismo. Están todos en guerra. Hay que reunirse y llegar a una solución. Un presidente no puede estar más de ocho años y Sáez ha estado doce. En tanto tiempo creas una endogamia y unos problemas formales que se trasladan a la gestión. Hay que abrir las ventanas y que entre aire nuevo.

—¿Deja la puerta abierta a un pacto con Garbajosa?

—A mí me encantaría. Es una persona muy válida, buena gente, dispuesta a echar una mano, a trabajar, con ganas… pero aún tiene que formarse.

—Como presidente del Rivas, conoce desde dentro las Ligas FEB, ¿cómo están?

—Muy mal organizadas. No supimos aprovechar los años en los que no había crisis y nos ha pillado el toro. Las Ligas FEB son pseudoamateur o amateur. Y si encima los equipos de la LEB no tienen la opción de subir a la ACB... Hay que darle una vuelta a todos para que primen los méritos deportivos, no los económicos.

—¿Ve una solución?

—Sentándose con la ACB, sí. Hay intereses comunes.

—Habla de una deuda de cinco millones de euros en la FEB.

—Entre 3,5 y 5 el año pasado. Fue un etapa muy difícil, con un final de año con toda la historia del presidente. Se han caído patrocinadores.

—Es un agujero importante.

—Por eso se necesita un profesional que lo gestione. Yo me pregunto si eso lo puede hacer un abogado de Bilbao con pocos empleados o Garbajosa, que es un espléndido jugador y persona pero no sé si sería capaz de gestionar una empresa con más de cien empleados, 25 millones de presupuesto y 5 de déficit.

—¿Qué ha fallado?

—Si rascas un poco en el baloncesto profesional, no encuentras nada debajo. Hace cinco años la Liga Femenina era potente. ¿Cómo es hoy? No se ha invertido en ella. Habría que haberse asegurado televisión, haber buscado un patrocinador. Pero la FEB decidió dedicarse a otras inversiones. Esas competiciones nos hubieran dado otra visibilidad. Si la Liga está bien asentada, con un buen patrocinador, los presupuestos podrían reducirse pero no desaparecerían­ equipos.

—¿Qué piensa de la ACB?

—Que necesita un modelo atractivo. Lo será y arrastrará a más gente si tiene equipos con arraigo: con jugadores nacionales y con otros que lleven muchos años. Eso deben entenderlo los clubes. ¿Qué se podría hacer? Por ejemplo, crear dos divisiones de la ACB para descargar así un poco el calendario. Para subir el canon a pagar debe ser mínimo. Proponemos también convocar un congreso y, entre todos, decidir qué hacer. Unos cederán en algunas cosas y otros en otras. Nadie tiene la verdad absoluta.

—¿Cuál es su modelo?

—Me parece espectacular el modelo de la Euroliga como negocio, pero a lo mejor no han entendido que esto es deporte. El baloncesto no consiste sólo en ganar dinero, sino en que mi hijo tenga opciones de llegar a la Euroliga con 20 años y que si el Estudiantes queda segundo una temporada, pueda jugarla. En el fútbol sí funcionan los méritos deportivos y todos sabemos las cantidades que mueve.

—¿Le da miedo lo que le espera a la Selección tras la generación de oro?

—Este grupo es irrepetible. Por eso tendríamos que haber aprovechado el boom para generar ingresos paralelos, no sólo para la Selección.

—¿Qué piensa del conflicto FIBA-Euroliga?

—Los órdagos en la vida son malos para todo. Esto no es un chiringuito, es un deporte que mueve unas 500.000 licencias más la gente no federada. Tenemos que estar ahí para dar soluciones. No consiste en formar comités, amenazar, una lucha de poder… Y esas solucione no las he leído en ningún sitio.