El coronavirus ha provocado una crisis humanitaria histórica, pero, y aunque sea la más dura, no es la única consecuencia. La economía se está viendo gravemente afectada, no se escapa ningún sector y en este blog nos preocupa el tenis. Al parecer, a Thiem no tanto.
En una iniciativa en la que las cabezas visibles eran las de Djokovic, Nadal y Federer, se propuso que los tenistas de mejor ranking sumasen un fondo común para ayudar a los clasificados en posiciones más altas. Divididos por escalones, del 1 al 5 se habla de una cantidad asignada de 30.000€, cifra que iría bajando hasta llegar al tenista número 150 del mundo.
"Ninguno de los jugadores de bajo 'ranking' está luchando por sus vidas. He visto muchísimos casos de jugadores del circuito ITF que no se compromete al 100% con este deporte"
Parece mentira que estando dentro del circuito no sea consciente de las complicaciones económicas que tienen los tenistas más modestos y la irregularidad de su circuito. En el tenis es muy difícil comenzar una carrera profesional, aunque tengas talento, sin un gran apoyo económico detrás. Hace siete años que dejó los Challenger, pero con 19 años uno ya tiene una visión crítica de lo que ve. Aunque dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Se puede adivinar que el argumento de Thiem va dirigido a jugadores como Tomic, por ejemplo, con calidad para ser top-50 fácilmente y que ahora ocupa el puesto 202 del mundo. Aunque el australiano es un ejemplo de tantos. Pero tres, cuatro o cinco casos concretos no deberían perjudicar a los tantísimos tenistas que podrían verse obligados a renunciar al sueño de sus vidas por esta crisis.
Este no ha sido el único gesto que hemos visto estos días atropellando las bases del tenis. Entendiendo que la situación es extraña para todos y que improvisando el riesgo de cometer un desliz es muy alto, es difícil entender la decisión de mover Roland Garros a finales de septiembre. Aunque lo más probable es que no llegue a jugarse, solo la idea de organizar un Gran Slam sobre tres ATP 250 (Chengdu, Zhuhai y Sofía) y dos ATP 500 (Pekín y Tokyo) debería molestar.
No suficiente con las rondas de la Copa Davis que les han quitado a las pequeñas y medianas federaciones, ahora Francia, un país con Gran Slam, Masters 1000 y ATP 250, quiere comprometer directamente dos semanas del calendario ATP y otras tantas indirectamente las semanas anteriores y posteriores.
La idea parece bastante complicada por todo, pero cuando consultas el tiempo que suele hacer en París por esas fechas (de 15 a 8 grados el día de la final, sin tener en cuenta la probabilidad de lluvias esas dos semanas) se convierte en una utopía. Casi del nivel de jugar el US Open en Indian Wells, donde el desierto de California alcanza una media histórica de 40 grados. No es fácil tomar decisiones en una situación que es nueva para todos, pero sí lo es respetar tu propio deporte.