¿Es posible que un jugador que cobra más de 17 millones de dólares al año y está perfectamente sano no cuente para nada en su equipo? Pues sí, lo es. Y si no que se lo pregunten a Luol Deng, alero de los Lakers que seguramente ocuparía el primer puesto si jugamos a realizar un hipotético ranking de los jugadores menos rentables de la temporada 2017-18, basándonos en el rendimiento y el salario. Porque Deng sólo ha disputado un partido, el primero de la Fase Regular contra los Clippers, en todo el curso. Y no ha contado más para Luke Walton por razones técnicas, no por lesión ni por su falta de aptitudes. En concreto, porque no entra en los planes de futuro de una franquicia que se ha centrado en la progresión de sus jóvenes. Eso sí, el veterano alero británico de 33 años de edad, que siempre fue un jugador fiable antes de su fallida etapa en Los Ángeles, ha llenado la hucha en el Staples Center (firmó en 2016 por cuatro temporadas y 72 millones de dólares).
El caso de Deng es el más llamativo si hablamos de jugadores sobrepagados por su absoluta intrascendencia esta temporada, pero no el único. El caso de Joakim Noah, por ejemplo, no le va demasiado a la zaga. El pívot francés de los Knicks, Mejor Defensor de la NBA en 2014 y dos veces All Star, apenas ha disputado siete partidos en una campaña en la que comenzó perdiéndose partidos debido a una suspensión por dopaje y en la que acabó apartado después de tener enfrentamientos con Jeff Hornacek, el ya exentrenador del equipo de Nueva York. El hijo de Yannick Noah es el segundo jugador mejor pagado del roster, tras Enes Kanter, gracias a los 17.765.000 dólares que le toca percibir este curso. Y todavía tiene dos años más de contrato en los que esas cifras aumentan (18.530.000 en la 2018-19 y 19.295.000 en la 2019-20), como le sucede a Deng en los Lakers (18.000.000 y 18.810.000).
Aún más dinero que los dos jugadores mencionados anteriormente se lleva al bolsillo Chandler Parsons. Y lo que ha aportado sobre la cancha el alero de los Memphis Grizzlies, cuando ha estado disponible, no ha ido precisamente acorde a su salario de más de 23 millones de dólares. Y es que sus problemas físicos nunca le han dejado mostrar en Tennessee el buen jugador que llegó a ser primero en Houston y luego en Dallas. Este curso sólo ha participado en 36 partidos en el equipo de Marc Gasol con unos promedios de 7,9 puntos en 19,2 minutos de juego. Está claro que su fichaje por los Grizzlies en 2016 (cuatro años y 94 millones de dólares) no ha salido hasta la fecha como esperaban ambas partes. Las lesiones, lamentablemente, no han permitido más.
La excusa de las dolencias físicas no la puede utilizar Timofey Mozgov, quien sigue disfrutando en Brooklyn del magnífico contrato que le dieron los Lakers en el verano de hace dos años. El center ruso se ha embolsado esta campaña la nada despreciable cifra de 15.280.000 dólares siendo un jugador marginal en la rotación del equipo entrenado por Kenny Atkinson (4,2 puntos, 3,2 rebotes de media en los 31 encuentros en los que ha jugado). Hacerse cargo de su sueldo (le quedan todavía otros dos años en los que cobrará más de 32 millones) fue el peaje que tuvieron que pagar los Nets para hacerse con un base prometedor como D’Angelo Russell.
Bastante sorprendente es lo de Miles Plumlee, jugador de los Atlanta Hawks. Pese a no haber hecho gran cosa en su carrera, este curso ha añadido 12.500.000 dólares a su cuenta corriente gracias a un acuerdo de tiempo atrás que sigue vigente, el que firmó con los Bucks en 2016 (cuatro años y 52 millones). Su aportación, 4,3 puntos y 4,1 rebotes de promedio en los 55 partidos que ha disputado en la 2017-18. El hermano de Mason Plumlee (Denver Nuggets) no puede tener queja del trabajo fino que hizo su representante en su día. Tampoco Omer Asik, aunque el contrato del turco tiene la justificación de ser la consecuencia de algunas temporadas bastante sólidas del pasado (10,1 puntos y 11,7 en los Rockets de la 2012-13; 7,3 y 9,8 en los Pelicans de 2014-15…). Este año el pívot, que acabó el curso en Chicago tras empezarlo en Nueva Orleans, se ha embolsado algo más de 10.595.000 dólares… Y apenas ha jugado cuatro encuentros (1 punto, 2,5 rebotes). Barato no ha salido cada minuto suyo, vamos.
Tampoco ha aportado mucho en el curso 2017-18 Kenneth Faried. Más bien lo contrario. El ala-pívot de los Denver Nuggets no ha entrado apenas en la rotación del equipo dirigido por Mike Malone, especialmente en los últimos meses de la Fase Regular. Sólo ha jugado 32 partidos en los que ha promediado unos muy discretos 5,9 puntos y 4,8 rebotes en 14,4 minutos, cifras alejadas de las que alcanzó en sus interesantes primeros años en la NBA, cuando parecía que iba a ser algo más de lo que finalmente está siendo (fue un jugador importante en la selección de Estados Unidos que ganó el Mundial 2014). En cualquier caso, esta temporada ha añadido 12.921.348 dólares a sus ahorros a pesar de su pobre producción.
El salario de Cole Aldrich esta campaña (7.300.000 dólares) es menos llamativo que el de Faried, pero teniendo en cuenta lo que ha aportado ha salido aún más caro para su equipo: sólo ha jugado 49 minutos (repartidos en 21 partidos) en toda la temporada para promediar 0,6 puntos y 0,7 rebotes. Intrascendencia pura y dura la del pívot de los Wolves, que no ha contado en ningún momento para su entrenador, Tom Thibodeau. Igualmente, el veterano Jared Dudley no ha pintado mucho sobre el parqué en un equipo joven y perdedor que sólo tenía ojos para el draft, los Phoenix Suns. Así lo dejan claro los números del alero, que cobra este año 10 millones de dólares: 48 partidos disputados, 3,2 puntos y 2 rebotes de media.
La lista podría ampliarse con otros jugadores irrelevantes como, por ejemplo, Solomon Hill (más de doce millones de dólares para 2,4 puntos en Temporada Regular y 3,7 en los playoffs) o Iman Shumpert (10.337.079 dólares y 4,4 puntos), pero no sería muy justo por los problemas físicos que han padecido (sobre todo el alero de los Pelicans, que no pudo debutar hasta marzo). Diferente es la situación de algunos que sí han participado regularmente en sus equipos y que, a pesar de ello, ni alcanzan la decena de puntos de media en la Temporada Regular. En ese grupo tienen cabida incluso jugadores que están peleando en las Finales de Conferencia. Véase Ryan Anderson (19.578.455 dólares esta campaña), George Hill (20 millones) o Tristan Thompson (16.400.000). Tampoco pueden poner pegas a lo que cobran Ian Mahinmi (16.661.641) y Bismack Biyombo (17 millones), ambos claros suplentes en Wizards y Magic, respectivamente. Y podríamos seguir. Es lo que tiene la bonanza económica de la NBA, que en ocasiones provoca contratos inflados que acaban convirtiéndose en ‘tóxicos’.