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Una mujer de 78 años puede perder su casa por 88 euros

El portavoz de Resistim Gòtic, Daniel Pardo, explicó a RTVE que la propietaria le jugó “una triquiñuela” a la anciana cuando compró el inmueble, ya que hizo “unas obras ” y le pasó a la anciana una factura de 88€, sin que se percatase.

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Una mujer de 78 años puede perder su casa por 88 euros
Captura RTVE

Un grupo de vecinos y activistas del movimiento por la vivienda ha conseguido paralizar el desahucio de Blanca Espinosa, una vecina de 78 años del barrio Gótico de Barcelona que vive en su vivienda desde hace 55 años. Ahora, está programado para el próximo 20 de diciembre, según ha adelantado 20minutos.

En concreto, la propietaria del inmueble -que se dedica al alquiler de pisos turísticos- acusaba a la mujer de avanzada edad de no pagar 88 euros tras unas obras y, por ello, acudió a la justicia para pedir una orden de desahucio. Allí le dieron la razón y se programó para este pasado miércoles.

La resistencia de Blanca y sus vecinos, claves

Sin embargo, la resistencia de la propia anciana, la movilización vecinal tras siete horas de concentración en la calle y la presión mediática evitaron el desalojo. Además, cinco horas después, la propietaria aceptó negociar un nuevo contrato de alquiler ajustado a los precios de mercado.

Es una victoria de la calle”, manifestó Resistim al Gòtic, una de las entidades sociales de apoyo a inquilinos. Este período de 15 días, sin duda alguna, servirá para negociar un alquiler asequible después de que la propiedad quisiera firmar un nuevo contrato este 22 de noviembre en el que pedía a Espinosa 1.200 euros mensuales.

Contrato de renta antigua

Desde esta asociación de viviendas informaron a través de las redes sociales de que se negaron a firmar ese contrato, ya que la mujer vive desde hace décadas en el piso con un contrato de renta antigua, con el cual paga unos 300 euros, aproximadamente.

Según explicó el portavoz de Resistim Gòtic, Daniel Pardo, a Radiotelevisión España (RTVE), la propietaria le jugó “una triquiñuela” a Espinosa cuando compró el inmueble en 2010, puesto que hizo “unas obras en el piso -además mal hechas-” y le pasó a la anciana una factura de 88 euros, pero sin que se percatase.

Un caso “excepcionalmente injusto”

Esta deuda se ha incrementado a 177 euros. A su juicio, se trata de un caso “excepcionalmente injusto”, ya que la inquilina, la mujer de casi 78 años, tiene un contrato de renta antigua y el “único interés” de la propietaria es “echarla para alquilarlo a un precio más alto”.

Y es que cabe destacar que la vivienda está situada en la calle Boters, en pleno centro antiguo de Barcelona y muy cercano a la Catedral y las Ramblas, una zona muy codiciada para establecer pisos turísticos. Con todo ello, las conversaciones entre la comitiva judicial que acudió para el desahucio y los mediadores municipales pueden ser el principio para la resolución del problema.