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SOCIEDAD

Los 17 avisos que ignoró el CEO de OceanGate: “El submarino Titan era un riesgo”

La publicación británica Mirror ha hecho una lista detallada de todos los indicios que se tenían sobre la peligrosidad del sumergible

Map shows where the remains of the Titan submersible are located

Hace casi un mes de la tragedia del Titan. La presión de las profundidades atlánticas engulló, en cuestión de segundos, al pequeño vehículo que se encontraba en mitad de un descenso con destino a los restos del Titanic. Ahora, este lugar del fondo marino tiene ya restos desperdigados de dos naves hundidas. La empresa que organizó la expedición, OceanGate, tiene cada vez más difícil justificar su actitud temeraria.

250.000 dólares es lo que se cobraba a las personas por hacer este viaje al lugar donde reposan los despojos del famosísimo Titanic. A unos 500 kilómetros de la costa canadiense de Terranova. Si las condiciones eran propicias, la excursión incluía la posibilidad de sumergirse hasta el esqueleto del trasatlántico, a 3.800 metros de profundidad. Para ello, tenían una reducida cápsula, el Titan.

A pesar de que el CEO de la compañía, Stockton Rush -que murió en el accidente- llevaba años asegurando que su método era infalible y muy seguro, parece ser que el consenso de los expertos es que la realidad era muy distinta. Varias personas doctas en materia imploraron al empresario que se tomara más en serio las cuestiones de seguridad, pero este desdeñaba la autoridad de los organismos independientes de homologación, ya que consideraba que estaban erigidos sobre reglas antiguas y nociones obsoletas.

Cuestión de tiempo

“Se te recuerda por las reglas que rompes”, llegó a decir Rush en una ocasión. Aludía a las vías alternativas que estaban siendo empleadas en el proceso de creación de su submarino. Incluso, en un arranque de optimismo, aseguró que el Titan sería más seguro que cualquiera de sus homólogos que hubieran recibido certificados de seguridad en auditorías independientes. Esto causó bastantes enfrentamientos en la industria, ya que la actitud del magnate era considerada, directamente, negligente.

Y el tiempo así lo ha confirmado, pues el Titan ha acabó no soportando las altísimas presiones del abismo oceánico. Pero no solo gente externa elevó sus quejas y preocupaciones ante el director de la firma. Algunos de sus propios empleados llegaron a enfrentarse a él por estas cuestiones. Por ejemplo, un asesor contratado por OceanGate que envió un correo a Rush afirmando rotundamente que la expedición no era segura. O un empleado que fue despedido después de admitir públicamente que no se estaban cumpliendo los requisitos básicos en esta área.

Es algo que está siendo muy comentado en la prensa internacional, sobre todo desde que, con el paso del tiempo, comenzaron a revelarse las lamentables y evitables circunstancias que rodearon a esta explosión bajo las aguas. El medio británico Mirror, ha publicado recientemente una extensísima lista con las 17 señales inequívocas que existían de que esto podía suceder. Se incluyen testimonios de clientes, expertos y colaboradores. Todos los puntos atestiguan que, de ninguna forma, lo que ha sucedido fue una sorpresa. Que, más bien, era una cuestión de tiempo.

Por ejemplo, el citado medio asegura que Rob McCallum, especialista en aguas submarinas, le dijo al CEO de OceanGate, Stockton Rush, que el Titan “era un riesgo” hasta que fuera clasificado por un organismo independiente. Una advertencia que Rush se tomó como un “insulto personal”.

Otra advertencia llegó de David Lochridge, exempleado de OceanGate, que planteó “preocupaciones de seguridad” sobre el barco, unos apuntes que fueron recibidos con “hostilidad” y que derivaron en su despido. Y así hasta 17 avisos...