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SOCIEDAD

Alerta en el Mar Menor: nacen millones de medusas ‘huevo frito’

El Servicio de Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia detecta la presencia de este tipo de medusas. Una buena señal para el agua, mala para el turista.

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Alerta en el Mar Menor: nacen millones de medusas ‘huevo frito’

Como cada verano, millones de turistas españoles y extranjeros ponen rumbo a las playas con el fin de disfrutar de unas merecidas vacaciones. España, con cerca de 8.000 kilómetros de costa, es uno de los destinos preferidos por los turistas extranjeros en esta época del año. Pero, como cada verano, además de tener cuidado con el sol es necesario estar pendiente de la presencia de vida marina.

Las medusas son uno de los grandes enemigos en este tiempo. Una picadura nos puede hacer pasar un desagradable rato, aunque finalmente no suponga algo más grave. En este sentido, desde el Servicio de Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia advierten de la presencia, en el Mar Menor, de millones de ejemplares de la medusa Cotylorhiza tuberculata.

En el informe, publicado por La Opinión de Murcia, habla del nacimiento de “millones de ejemplares en forma de éfiras y metaéfiras” (las fases iniciales en la vida de las medusas). Si bien este tipo de medusas son inofensivas, pues su veneno no es peligroso, su sola presencia puede ahuyentar al turista y generar una situación de pánico en las playas.

Estas medusas que se han encontrado apenas miden ahora entre ocho y diez centímetros, pero a medida que crezcan pueden alcanzar los 40 centímetros de diámetro. Su musculatura umbral les permite nadar tanto de forma vertical como horizontal, girando rápidamente su cuerpo para ir en una u otra dirección. Tienen ocho brazos recubiertos de unas protuberancias de pequeño tamaño, en las que se pueden apreciar colores en tonos blancos, azules y violetas.

Si bien las medusas huevo frito, conocidas así por su forma, pasan los inviernos en alta mar, en esta época del año es habitual encontrarlas en las costas del Mediterráneo. De hecho, para su ciclo reproductivo necesitan de un sustrato rocoso que se encuentra en zonas más cercanas a las costas, como son las calas. Y, aunque su veneno no es peligroso para el ser humano, sí que puede provocar “irritación de la piel o sensación de ardor en la zona que ha tenido un contacto con los filamentos venenosos”.

De acuerdo con el informe, los expertos han detectado “el pico más potente de nacimientos”, aunque los niveles de zooplancton (parte de su dieta) se encuentran bajos, por lo que muchas de ellas podrían morir o tener un crecimiento lento. También se alimentan de la luz solar (de ahí que sea común verlas muy próximas a la superficie), peces pequeños y otras especies de medusas.

Malas para el turismo, buenas para el agua

Su presencia, sin duda, suele provocar incertidumbre y malestar entre los turistas, que pueden optar por descartar visitar la región. Pero, por otro lado, supone una buena señal para el Mar Menor, después de los problemas que ha padecido su ecosistema durante los últimos años.

Y es que su presencia está relacionada con el nivel de transparencia de las aguas. Esta especie de medusas prefiere las aguas cálidas y las lagunas, por lo que el Mar Menor supone, por sus condiciones ambientales y de temperatura, una zona ideal para su desarrollo. Además de ella, también se han encontrado, en menor medida, las especies Rhizostoma pulmo (aguamala) y Phyllorhiza puntata (la medusa manchada australiana).

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