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SOCIEDAD

Alerta alimentaria en almendras importadas a España desde EEUU: contienen toxinas cancerígenas

La Rasff ha advertido sobre la llegada de un cargamento de almendras procedentes de Estados Unidos con altos niveles de Aflatoxinas. La exposición crónica a estas toxinas puede llevar a padecer un cáncer de hígado.

almendras

El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) ha advertido de una alerta por la llegada de un cargamento de almendras procedentes de Estados Unidos, las cuales contienen unas toxinas, denominadas Aflatoxinas, que están por encima de niveles permitidos. Dicha irregularidad se detectó a comienzos de este mes de abril; sin embargo, ha sido ahora cuando la Rasff ha dado constancia de ello a través de su portal sobre seguridad alimentaria en la Unión Europea.

Este mismo organismo también descubrió hace unas semanas la presencia de salmonella también en almendras, esta vez de procedencia local. Por el momento, se desconoce si este alimento ha llegado a distribuirse por los supermercados o si los consumidores lo han podido adquirir. Según han mostrado los análisis que se han realizado sobre las almendras, los expertos han detectado un total de aflatoxinas - micotoxinas con datos >24,0 ±25,9 % µg/kg - ppb, cuando el máximo establecido es el de 10 µg/kg - ppb.

Estas toxinas cancerígenas, tal y como afirma el Instituto Nacional del Cáncer, “son un tipo de toxinas producidas por ciertos hongos en cultivos agrícolas como el maíz, el maní o cacahuates, la semilla de algodón y los frutos secos”. Su origen radica en los hongos bautizados como Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus.

Efectos y exposición de las aflatoxinas

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) señala que este tipo de toxinas, pese a su desconocimiento, son muy comunes, y por ello, siempre se realizan exámenes a los frutos secos, sobre todo de cáscara, como las nueces.

Las consecuencias de mantenerse expuesto a este tipo de toxinas pueden derivar en ciertos síntomas como dolor abdominal o vómitos, e incluso otras dolencias más peligrosas como fallos hepáticos y renales. Además, el Instituto Nacional del Cáncer señala que una exposición crónica puede conllevar a padecer un cáncer de hígado.

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