Dice Moisés Ruiz, experto en liderazgo político, que las elecciones europeas de este domingo son “especiales” porque medirán la situación política de España. Son comicios continentales, sí, pero será un examen al que se someterán los principales partidos políticos de España. ¿Hay descontento con el Gobierno actual? El ‘termómetro político’ lo medirá este domingo.

En una entrevista con Diario AS, Moisés advierte de la importancia de estos comicios y de un dato que cree que será clave: el voto juvenil. Según el Eurobarómetro, casi el 70% de las personas entre 18 y 30 años votará en las europeas. “Ese porcentaje que puede decantar la balanza a un lugar u otro. El voto juvenil puede dar sorpresas”.

Pregunta: ¿Estas elecciones europeas medirán la situación de la política en España, funcionarán como un ‘termómetro’?

Respuesta: Claro. Rotundamente sí. Estamos en junio, época de exámenes, y el 9 de junio tenemos un test en clave nacional. En estos primeros seis meses de año han ocurrido muchas cosas y el pueblo español tiene que dar su veredicto, y será votando en las europeas. Las urnas nunca mienten, y se emitirá una opinión, espero que nítida, de lo que está ocurriendo en España.

P: Pero en las europeas no suele haber una participación tan alta como en unas elecciones generales.

R: Sirve como termómetro igualmente, y así lo entienden los líderes de los partidos. Hay dos escenarios en las campañas electorales europeas. Uno, el principal, al que suben los líderes de las organizaciones políticas mayoritarias, y sus mensajes son mayoritariamente en clave nacional. Es decir, manifiestan una sensación de estar siendo examinados.

El otro escenario, el secundario, es donde actúan e intervienen los actores secundarios, que son los candidatos al Parlamento europeo. A ellos les toca hablar de lo que se juegan en estas elecciones. Pero, mayoritariamente, la sensación del votante es que el 9 de junio va a juzgar a nivel nacional.

P: ¿La situación de dos escenarios es algo característico de estas elecciones europeas, o en las pasadas ocurrió lo mismo?

R: No, ocurre en estas especialmente. Así lo han querido los partidos de la oposición, que lo han tomado de esta manera: un momento de aprobación o desaprobación al Gobierno, que también ha entendido que estas elecciones vale para saber cómo se está haciendo. Para Sánchez es un momento especialmente importante, un resultado muy desfavorable le obligaría a repensar lo que queda de legislatura y podría plantearse un adelanto electoral. El líder de la oposición, Feijóo, sabe que este es un momento idóneo para que la ciudadanía le demuestre a Sánchez democráticamente si está a favor de todo lo que está haciendo desde el inicio de la legislatura.

P: Es decir, que un resultado desastroso para el PSOE abre la posibilidad de unas elecciones generales adelantadas.

R: Claro. Es una opción que se abre en el pensamiento de Sánchez, que es quien tiene la potestad de convocar adelanto electoral. Este escenario es probable si el PSOE obtiene un rechazo importante. Perder por medio punto o por poca ventaja no sería tan determinante como si el electorado le demostrase, a través de sus votaciones, un gran rechazo.

P: Teniendo en cuenta el tipo de político que es Sánchez, con un gran instinto de supervivencia, ¿no estaría cavando propia tumba al convocar elecciones tras recibir un mal resultado?

R: Cuando un político o un líder democrático recibe un revolcón electoral, lo que piensa es ‘he perdido el afecto y apoyo social’. Y esto te hace replantear situación y te abre la posibilidad de entender que la legislatura, sin apoyo social, está coja. Por tanto, se piensa en someterse a un examen final ante el electorado. Ya lo hizo en mayo del año pasado tras las elecciones autonómicas y municipales. Ahí Sánchez entendió el mensaje y adelantó elecciones. Ante ese escenario, Feijóo sabe que un adelanto puede repetirse si vuelve a ocurrir lo mismo, pero debe haber una respuesta evidente negativa del electorado al partido socialista.

P: ¿Cómo puede afectarle la nueva carta a la ciudadanía que publicó esta semana?

R: Bueno, estamos en una época en la que las emociones son protagonistas. Lo que Sánchez pretende es hacerse cercano a la ciudadanía expresando sus emociones. Pero hay ciudadanos a los que esta segunda carta les resulta repetitiva. Tengo mis dudas sobre si la carta va a ser revulsiva y va a recuperar el afecto del electorado, o bien va a ser cargante el mostrarse tan dispuesto y abierto emocionalmente al ciudadano.

Lo positivo de la carta es la expresión sincera de unas emociones a las que no estábamos acostumbrados a ver. Quiere hacerse más cercano, humano, mostrarse como una persona herida y convertir esa vulnerabilidad en una expresión sentimental que pretende conseguir la empatía de su electorado. La comunicación emocional siempre ha sido positiva, especialmente en los países mediterráneos, una tradición que viene escrita desde Cicerón: sincerarte ante la población para procurar su empatía, y a través de esas emociones, cambiar la percepción que se tiene sobre ti.

P: Sumar, su principal socio, se ha desmarcado de esta segunda carta.

R: Es que la primera carta era una sorpresa, pero la reacción a la segunda es el rechazo, porque ya no se considera tanto como algo sincero, sino como un recurso para cambiar una percepción emocional.

P: Da la sensación que las encuestas, en estas elecciones, se desmarcan unas de otras.

R: Es que últimamente acertar en las encuestas es algo muy difícil porque el electorado está en un entorno de volatilidad e incertidumbre. Hay mucho indeciso, y esos indecisos pueden virar el resultado a un lugar u otro. El CIS ha fallado casi siempre, por lo que tiene poca credibilidad, aunque los medios lo utilizan como un referente. Los demás encuestadores tienen la dificultad de que cada vez se oculta más las estimaciones de voto y las opiniones políticas. Cada vez decimos menos veces la verdad al encuestador.

Por ejemplo, en estas elecciones hay un dato que las encuestas creo que no reflejan, que es el voto de los jóvenes. En las europeas, los jóvenes votan más que en cualquier otra cita electoral. Se espera que en España vayan a votar casi el 70% de los jóvenes de entre 18 y 30 años. No sé si los encuestadores tienen en cuenta ese porcentaje que puede decantar la balanza a un lugar u otro. El voto juvenil puede dar sorpresas.

P: Sí que se ha mostrado, por ejemplo, el perfil del votante de ‘Se acabó la fiesta’: hombres jóvenes que se definen de derechas.

R: Hay un caldo de cultivo en las europeas de partidos contestatarios, raros, que pueden obtener representación y quitar electorado a algún partido mayoritario. Eso puede dar la sorpresa. Estos partidos disruptivos, que buscan la rebeldía y el desencanto, tienen especial encanto en las europeas.

P: ¿Cuál crees que es el motivo de la irrupción de este tipo de partidos?

R: Lo que hablábamos, porque su programa político va contra lo establecido y busca el voto del desencanto, del cabreo, y eso existe en la sociedad. En estas elecciones ambas cosas se encuentran, un partido político con un mensaje populista contra lo establecido y el votante que se siente atraído por ese mensaje. La respuesta del votante al escoger ese partido es dañar lo que le duele.

P: Es curioso que ‘Ahora repúblicas’, compuesto por fuertes partidos nacionales (ERC, Bildu, BNG…), va por detrás de ‘Se acabó la fiesta’ en las encuestas.

R: Los partidos que aglutina ‘Repúblicas’ están dentro del stablishment. Pero ‘Se acabó la fiesta’ es un partido nuevo que entra por la derecha en el radar de ese votante descontento. Hay una particularidad, y es que encuentra al electorado por las redes sociales, y es ahí donde da el subidón. Ese partido ha sabido conectarse con sus potenciales votantes. Ojo con el votante joven.

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