Marta Rivera: “Feijóo está dispuesto a apoyar a Sánchez para que ERC y Bildu no entren en el Gobierno”

Después del resultado del 28M, y todos los sondeos preelectorales, el PP llega en su momento más alto desde que una moción de censura desbancara a Mariano Rajoy de la presidencia del Gobierno, y por ende, al PP de ser la lista más votada. Por ello, desde Diario AS nos hemos dirigido a hablar con Marta Rivera de la Cruz (52 años, Lugo), quien fue la elección de la última gran incógnita del Partido Popular (PP) para las elecciones generales, convirtiéndose el pasado 14 de julio en la número 2 en las listas del PP de Madrid para el Congreso de los Diputados y concurrir el próximo 23J.

Aunque en la actualidad se dedique a la política, ha empleado más de dos décadas a otras profesiones antes de entrar a formar parte de la administración pública. Natural de Lugo, se trasladó a Madrid a cursar el grado de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, donde obtuvo el graduado en 1993. Posteriormente comenzó su carrera laboral como periodista y escritora, trabajando en diversos medios de comunicación, tanto audiovisuales como escritos, además de desarrollar su carrera profesional como escritora, consiguiendo ser ganadora en 1998 del Premio Ateneo Joven de Sevilla con su primera obra, “Que veinte años no es nada” o finalista del Premio Planeta 2006 con la novela “En tiempo de prodigios” entre otros.

Su carrera política comienza en 2015 con Ciudadanos, siendo diputada de la formación naranja en Madrid y A Coruña hasta 2019, momento en el que es nombrada consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid en la coalición entre su partido y el PP, liderada por Isabel Díaz Ayuso. Después de 2 años en el cargo se dio de baja de Ciudadanos, y tras la ruptura de la coalición, Ayuso la nombró como Consejera de Cultura y Turismo, pasando a vincularse al PP, aunque conservando la etiqueta de independiente, la cual mantiene hasta día de hoy. También formó parte de la lista electoral para el Ayuntamiento de Madrid del PP el pasado 28M.

Al ser un diario deportivo, una buena pregunta para iniciar la entrevista es preguntar por cuál es su deporte favorito.

A mí me gusta muchísimo el baloncesto. El baloncesto me encanta. Y me hubiera gustado jugar si hubiera sido un poco mejor, pero soy muy torpe. Sigo también LaLiga EA SPORTS.

¿Tiene especial predilección por algún equipo?

Yo soy del Real Madrid de sangre, de toda la vida, porque en mi casa, lo era. Desde pequeña llevo viendo partidos y los veíamos en familia. Lo que pasa es que sigo con interés a todos los equipos madrileños. He ido a los cuatro campos de la Comunidad de Madrid y tengo buena relación con las directivas de todos los clubes, porque además creo que esa es mi obligación y también es un gusto. En definitiva, me gusta el fútbol y me gusta seguir la competición.

¿Podría describirnos cuál ha sido su paso desde Lugo hasta Madrid?

Yo vine a Madrid a estudiar cuando tenía 18 años. Vine aquí porque la carrera que yo quería estudiar, era periodismo, no la había en Galicia en ese momento, y entonces, me trasladé a Madrid. Debo decir que enseguida me encontré muy a gusto aquí y me quedé. Estudié aquí, empecé a trabajar y acabé quedándome. Mi traslado a Madrid realmente bueno, pues fue ya hace más de 30 años. Después trabajé como periodista, como escritora, a lo que me dediqué en los últimos años y hasta que entré en política y luego ya pues una vez que entré en política, pues evidentemente cambian muchas cosas. Mi actividad anterior quedó aparcada, pero estoy muy contenta del paso que he dado, y no me arrepiento nada.

¿Podría contar si actualmente tiene alguna añoranza de su tierra, al mismo tiempo que nos podría describir cómo se siente en Madrid?

Yo creo que uno cuando se va de su ciudad natal a otro sitio, siempre echa de menos algo, generalmente a personas pues a amigos de la infancia, a la familia. Pero Madrid es un lugar donde nadie se siente forastero, donde todo el mundo es acogido desde el primer día y creo que es una ciudad muy buena para volver a empezar y para adaptarse a una vida distinta. Por supuesto que siempre hay añoranzas y siempre hay personas o lugares que se echan de menos, pero tengo que decir que no he sido víctima de la morriña aquí en Madrid.

Aprovechando su faceta de escritora, ¿qué relación encuentra entre la política y la literatura?

Yo creo que la convivencia depende de las personas. En mi caso yo no he sido capaz de compaginar la actividad política con la actividad literaria, pero también por el tipo de escritora que era, soy una persona muy obsesiva, es decir, cuando estoy trabajando me centro mucho en el trabajo. Por ejemplo, cuando estaba escribiendo una novela me centraba muchísimo en la novela y era lo único que aparecía en mi cabeza. Entonces, he dejado de escribir porque no es que sea una cuestión solamente de tiempo, sino la situación personal y anímica que se necesita para escribir una novela. En cuanto a la política, tengo que reconocer que no he visto en la política demasiado material literario. Todo el mundo me dice que a lo mejor en un futuro acabaré escribiendo sobre algo que vi o algo que conocí o alguna cosa que estoy viviendo ahora, pero me resulta difícil imaginarlo. No he encontrado material para la ficción dentro de la política.

Para las próximas elecciones, parece que el PP apuesta por la cultura. Usted como número 2, Borja Sémper como número 3… ¿qué importancia otorga su partido a la cultura?

Yo creo que el PP tiene perfectamente claro que la cultura tiene que ser una cuestión de Estado y que las políticas culturales se tienen que permanecer en el tiempo, y que además, la gestión cultural en un país como España es especialmente importante. Venimos de un gobierno que en cinco años ha habido cuatro ministros de Cultura, con lo cual es imposible lanzar un proyecto donde el Ministerio de Cultura se ha utilizado muchas veces para cumplir compromisos políticos, pero no para lo que de verdad debe utilizarse un ministerio.

Un Ministerio de Cultura sirve para crear una política cultural sólida y que permanezca en el tiempo. Hay una ley de mecenazgo, no se ha aprobado. España actualmente no tiene ley de Mecenazgo. La Ley de Patrimonio sigue sin aprobarse. La Ley del Cine, que era una necesidad, sigue sin aprobarse y además, el texto que presentó el Gobierno descorazonó muchísimo a todo el sector audiovisual. Creo que hay grandes retos que están pendientes y que el Gobierno de Sánchez no ha asumido, no sé si por falta de interés o por otras cosas, pero hay muchísimo trabajo por hacer porque es que en estos últimos años no se ha hecho prácticamente nada.

En definitiva, ¿qué propuestas aporta el PP para la cultura en España?

Estabilidad y por supuesto profesionalidad. Es absolutamente necesario que las personas que trabajan en el Ministerio de Cultura, más allá del ministro, sepan exactamente lo que tienen entre manos y se centren en ello. Hay una política cultural que no se ha abordado de verdad, que es toda la creación de contenidos en español. Y desde luego, hay que reivindicar siempre la cultura también como un sector industrial. La cultura tiene un peso importante en el PIB español y muchas veces eso ni siquiera está presente en el debate político. La cultura, por supuesto, es una cuestión de país, es una cuestión de la marca del país, es una cuestión de la preparación de las generaciones futuras, pero también es una cuestión industrial y hay que reivindicarla sin ningún tipo de complejos. La cultura es una industria que da puestos de trabajo, que crea puestos de trabajo, muchos para jóvenes y además puestos de trabajo de calidad.

Al final, para usted, ¿es la cultura una cuestión importante a la que no se le da tanta importancia actualmente?

Efectivamente.

¿Se ve como titular de la cartera de Cultura en caso de que el PP gane las elecciones?

Yo creo que ahora mismo hay que concentrarse en ganar las elecciones y además ganarlo por una amplia mayoría que permita gobernar. Y creo que cualquiera que dentro de una candidatura que está trabajando para ganar holgadamente unas elecciones haya alguien pensando en cargos o en sillones, eso me parecería profundamente irresponsable. Yo de verdad no lo voy a hacer. Ahora mismo donde estoy es en una lista electoral que además ha demostrado que es la alternativa que necesita España y todo lo demás vendrá mucho después.

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Todas las encuestas, excepto alguna del CIS dan al PP como primera fuerza política española el próximo 23 de julio. ¿Cómo están gestionando los sondeos?

Bueno, realmente la primera encuesta fue la del 28 de mayo, que demostró que España está preparada ya y está deseando que haya un verdadero cambio político que llegue al Gobierno central. Las encuestas, evidentemente son agradables, pero es verdad que lo único que tenemos que hacer es pensar que la encuesta real será el 23 de julio.

En cuanto a gobernar en solitario, es que hay que intentar tener una mayoría suficientemente amplia como para gobernar en solitario. Yo no creo que ningún partido político o ningún líder político aspire a otra cosa que gobernar en solitario. Y eso es una cosa que cualquiera que se presenta a unas elecciones tiene como aspiración legítima y lo que hay que hacer en el tiempo que queda, es trabajar para ello.

Después de las elecciones autonómicas, el PP está firmando pactos con Vox. Algunos consolidados pero otros no exentos de polémica como el de Extremadura y el cambio de posición de María Guardiola y otros que se resisten como en Murcia, donde no se ha llegado al consenso con la formación verde. ¿Qué opinión tiene al respecto?¿Puede perjudicar al PP a nivel electoral?

Yo creo que, como ya he dicho anteriormente, hay que hacer las cosas de manera que se pueda gobernar en solitario. En cuanto a lo que ha pasado en Murcia, yo fui parte del Gobierno autonómico y vi cómo VOX se aliaba con el PSOE, con Podemos y con Más Madrid para tumbar unos presupuestos que eran buenos para Madrid. Entonces ahí hay que poner el foco en Vox y apelar a su propia responsabilidad. López Miras consiguió un resultado excepcional en las elecciones y tiene un porcentaje de votos que merecía que VOX hiciera un ejercicio de responsabilidad y permitir con su abstención esa gobernabilidad en Murcia. No se ha conseguido y es un problema, sobre todo para los murcianos, a los que no se permite que su comunidad se vaya a poner en marcha.

Y en cuanto a los pactos,aquí venimos de una situación de pactos bastante, bastante radical. Yo quiero recordar que Sánchez ha estado gobernando con Podemos. El Consejo de Ministros estaba formado por 22 sillones para contentar a unos y a otros. Se ha hecho un reparto de carteras radical. Ha llegado un momento que Sánchez reconoció que ni siquiera podía sustituir a los ministros de Podemos, que estaban haciendo una labor que era perjudicial para sus propios intereses. Creo que la política de pactos en España la ha marcado y radicalizado el PSOE.

En el debate, Feijóo le ofreció a Sánchez un pacto televisado, además delante de millones de espectadores, para que permitieran que gobernase la lista más votada, que sería lo más razonable y lo más necesario en el momento en el que vivimos. Sánchez se negó a firmar ese pacto. Realmente la vacuna contra cualquier cualquier posibilidad de que los extremos entrasen en el gobierno de un país se ofreció ayer durante todos los espectadores y Sánchez no quiso. O sea, yo. Él tiene muy claro que su futuro está ligado a la convivencia con Sumar, que en realidad es Podemos, modernizado y con todos los alrededores, con los independentistas y, por supuesto, con Bildu. Entonces, a partir de ahí, lo que no puede ser es que Sánchez asuma que él puede permitirse pactos en todas direcciones y dando la mano a quien haga falta y el PP solamente pueda ganar con mayoría absoluta. Insisto, la solución para esto sería una mayoría suficientemente grande que permita gobernar en solitario.

En las últimas semanas, antes y durante la campaña electoral, se ha podido deslizar un hipotético pacto entre PSOE y PP. Por un lado, el portavoz en el Congreso de ERC lo advertía como una posibilidad, algo que Alberto Núñez Feijóo terminó de confirmar delante de toda España en el cara a cara entre ambos líderes. ¿Se puede dar dicha situación?

Bueno, es que el problema es que no se puede porque Sánchez no quiere. Es que lo dejó claro en el debate. Esto ya no es opinable ni una cosa que crea yo. Pedro Sánchez dijo delante de todos los españoles que no quiere, no que no va a apoyar un gobierno del PP, en el caso de ser la lista más votada en solitario, porque el acuerdo era de ida y vuelta. Feijóo se estaba comprometiendo a hacer lo mismo, que si el PSOE es la lista más votada, dejarles gobernar con una abstención.

A mí, desde luego, me preocupa bastante que en mi país pueda estar gobernado por ERC o por EH Bildu, como anunciaba ayer Rufián. Que ambos partidos sean parte de un gobierno parece que a Sánchez no le preocupa tanto como me preocupa a mí o como le preocupa a Feijóo. A Feijóo le preocupa tanto que está dispuesto a apoyar con su voto a Sánchez para que ERC o Bildu no entren en el Gobierno. Pero Sánchez no está dispuesto a ceder ni un ápice para que no entren otros. Y a eso habría que darle una vuelta.

Usted militó en Ciudadanos durante seis años ostentando diferentes cargos. La realidad a día de hoy del partido es que no estará presente dentro de las papeletas electorales del próximo 23 de julio. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Creo que Ciudadanos hizo un extraordinario ejercicio de responsabilidad política y de generosidad absteniéndose de concurrir a estas elecciones precisamente para no dividir el voto. Y creo que eso es una cosa que les tenemos que agradecer siempre. Yo por mi condición de miembro antiguo del partido, hace ya dos años que me fui, creo que soy la última persona que deba entrar a valorar su situación, por una cuestión de respeto a personas que están en ese partido, que fueron mis compañeros y algunas de las cuales hoy en día son mis amigos. Entonces lo único que puedo decir es eso, que hay que ensalzar esa responsabilidad que han tenido los actuales líderes para apartarse, dar un paso al lado y dejar que el voto moderado, útil, patriota y constitucionalista no se dividan estas elecciones.

En 2021, Isabel Díaz Ayuso adelantó las elecciones autonómicas y disolvió la Asamblea, rompiendo el gobierno de coalición entre Ciudadanos y PP. Después se dio de baja de la formación y pasó a formar parte del PP ostentando el mismo cargo que tenía anteriormente. ¿Cree que podría darse una situación parecida con Begoña Villacís, perfil muy apreciado por Almeida?

Es un tema muy personal. Cuando hablamos ya de personas concretas no se puede decir nada de lo que pueden querer hacer, lo que pueden tener en la cabeza con sus proyectos futuros... Begoña es amiga mía, la aprecio muchísimo. Creo que además el aprecio es compartido y yo lo único que puedo hacer es desearle mucha suerte en todo lo que ella emprenda. Lo que ella quiera hacer a partir de ahora, pues lo decidirá ella, pero tampoco creo que sea algo opinable.

Ha pasado por los diferentes niveles de la política española, ¿qué diferencias encuentra entre ellos?

Por supuesto que no es lo mismo el trabajo en el Congreso de los Diputados que el trabajo en un gobierno autonómico y el trabajo en una concejalía de Cultura de una ciudad como Madrid. Yo creo que las cosas se hacen metiendo cada una en su contexto, sabiendo que son cosas que son diferentes y luego, como en mi caso, rodeándote de un gran equipo. Tengo la suerte que tengo a mi lado gente que es realmente muy buena en lo que hace, que trabaja muy bien y que me ayuda mucho. Luego asumiendo desde el momento que pones el pie en el nuevo espacio donde las cosas tienen que ser distintas y tengo que ser yo la que se adapte a la situación nueva y no al revés. También intento ver cada nuevo cargo como un reto, como una forma de aprendizaje también y de enriquecimiento. Y por último, creo que tengo voluntad de hacerlo bien y de aprender de las personas que me precedieron y que hicieron bien su trabajo aquí.

¿Qué puede aportar a España?

La aportación que yo hago es mi experiencia acumulada. En primer lugar, muchos años antes de entrar en política, mi vida profesional. Creo que es importante haber desarrollado ese trabajo durante, en mi caso, más de 20 años en los que he estado cotizando a la Seguridad Social como autónoma, siendo periodista y escritora. Y después en este caso, la experiencia que se acumula después de la gestión en la aportación en el Congreso, donde fui portavoz de Cultura y luego presidenta de la Comisión de Cultura y después consejera de Cultura. Yo tengo esa experiencia acumulada, un buen conocimiento de los sectores culturales y la sensación de que he conocido este mundo desde dentro y lo que he podido conocer desde fuera.