FÚTBOL FEMENINO
El fútbol, la última gran barrera del machismo en el deporte
Conchi Amancio encabezó a las pioneras que revolucionaron la España de Franco en los 70. Casi 50 años después las futbolistas se han ganado el sitio que merecen.
Cuarenta y seis años separan dos fechas claves para el fútbol femenino, dos fechas que marcaron un antes y un después. Cuarenta y seis años y muchas historias diferentes de mujeres marcadas por una misma lucha: su deseo por jugar al fútbol. Aquel 8 de diciembre de 1970 se celebró en el Boetticher, en el madrileño barrio de Villaverde, el primer partido de fútbol femenino con público en España. Era la España de la dictadura de Franco, donde las mujeres apenas tenían presencia en el deporte y donde el fútbol era un territorio exclusivamente masculino. En un panorama social donde la presencia de la mujer era testimonial, Rafael Muga, más que un valiente, un visionario, se atrevió a organizar un partido de fútbol que tuvo un eco inesperado. Un total de 8.000 espectadores abarrotaron aquel día el Boetticher para ver lo nunca visto: un grupo de mujeres jugando al fútbol.
Cuarenta y seis años después, también en Madrid, el 11 de diciembre de 2016, el fútbol femenino español consiguió un hito más, al abrir por vez primera las puertas del estadio Vicente Calderón para albergar un partido de la Liga Iberdrola, entre el Atlético de Madrid y el Barcelona, que atrajo a 13.935 espectadores.
Conchi Sánchez (Madrid, 28-9-1957) empezó a jugar al fútbol en la madrileña plaza del 2 de mayo, como la mayoría de las futbolistas, con los chicos. Las habilidades de Conchi con el balón no tardaron en trascender de la castiza plaza del barrio de Malasaña. Rafael Muga fue el hombre que la descubrió y quien se atrevió a promocionar el fútbol femenino en una España donde la imagen de la mujer haciendo deporte estaba vinculada a la Sección Femenina.
Miles de curiosos se acercaron al campo de Boetticher para ver lo nunca visto: mujeres jugando al fútbol. Aunque más que mujeres eran niñas. Casi ninguna alcanzaba la mayoría de edad y, pese a todo, se convirtieron en protagonistas de una noticia de la que se hizo eco AS con todo lujo de detalles y que llenó páginas de periódicos y que tuvo una gran presencia en la radio y en la televisión. El partido despertó tal expectación que cientos de personas se quedaron fuera sin poder entrar.
Conchi tenía 13 años recién cumplidos. Su talento innato para el fútbol sorprendió a muchos curiosos que se acercaron al Boetticher para ver una imagen inusual, mujeres jugando al fútbol. Dominaba un público masculino muy escéptico, ávido de diversión y muy predispuesto a la crítica, una actitud que ha perseguido injustamente durante años a las futbolistas. Pero el partido guardaba una sorpresa. Las sonrisas de medio lado pronto se tornaron en bocas abiertas al ver una futbolista con un talento fuera de lo común, una delantera que hizo las delicias de los presentes. Marcó cinco goles y no tardaron en bautizarla como Conchi, la 'Amancio'.
Ella lideró un movimiento imparable. Al final del partido hubo invasión de campo y la Guardia Civil acabó escoltando a las chicas. Fue tan solo el comienzo. Su popularidad se convirtió en el fenómeno de la época. Muga siguió promocionando el fútbol femenino por toda España y, aunque el fútbol femenino no fue reconocido por la Real Federación Española de Fútbol hasta 1983, Muga organizó partidos internacionales ante equipos y selecciones de gran altura y llenaron campos de primer nivel: La Rosaleda, La Romareda, El Arcángel, El Vivero, La Condomina... Aquellas todavía niñas crecieron entre rosas y espinas. Las mieles de aquellas multitudes, los sonoros recibimientos de los lugares a donde acudían y los ramos de flores se alternaban con la hiel de la incomprensión, de los insultos y, sobre todo, de un futuro incierto.
La RFEF creó la primera competición de fútbol femenino en 1983, que conquistó el Karbo Deportivo. Hasta la temporada 1988-89 no creó la primera liga femenina
Ninguna, salvo Conchi, logró vivir del fútbol y ésta lo consiguió con mucho sacrificio. Tras jugar contra Italia, con tan solo 15 años, le llegó una oferta irrechazable. Pese a ser la estrella en el equipo, primero en el Sizam y luego en el Olímpico de Villaverde, cobraba 400 pesetas al mes. El Gamma 3, de Padua, le ofreció una ficha de 75.000 pesetas al año. Conchi lo dejó todo, su familia, su puesto de aprendiza en una peluquería... Era tan joven que durante un tiempo vivió en casa de su entrenador. Fue el comienzo de una larga y fructífera carrera en Italia, aunque su vida como futbolista la acabó en el Arsenal. Pese a su exitosa carrera, nunca jugó en la Selección y su reconocimiento como deportista en España fue más bien escaso. Otra de sus compañeras, Victoria Hernández, una jugadora con tanta calidad como Conchi, decidió quedarse en España, pese a recibir ofertas para jugar fuera de España. En nuestro país tuvo una prolífica carrera, jugó hasta los 40 años, pero nunca pudo ser una profesional del fútbol.
La Real Federación Española de Fútbol creó la primera competición de fútbol femenino en 1983, que conquistó el Karbo Deportivo. Ese año, el 5 de febrero, la Federación convocó a la primera Selección Femenina para un amistoso ante Portugal, que perdió por 0-1. Pero hasta la temporada 1988-89 no creó la primera liga femenina, formada por nueve equipos y bautizada como Liga Nacional Femenina. El primer campeón fue la Peña Barcelonista Barcilona y el subcampeón el F. F. Parque Alcobendas de Madrid. En aquel equipo subcampeón, otra delantera, Mar Prieto, empezaba a deslumbrar. A los 16 años ya era internacional y su brillante actuación en el Europeo de 1997, donde España conquistó el tercer puesto, le llevó a aceptar una oferta del emergente fútbol japonés, del Takaarazuka, equipo donde jugó desde enero de 1998 hasta febrero de 1999. Fue entonces y más tarde en el Levante donde Mar logró ser profesional del fútbol. Aunque la mayor parte del tiempo se ganó la vida como mensajera.
Cuarenta y seis años después, las futbolistas en España empiezan a ver cómo el deporte y la sociedad española empiezan a cederles su sitio. En 2017 el panorama de la mujer futbolista ha cambiado. En menos de un año, seis grandes estadios han abierto sus puertas a la Liga Iberdrola: Ciutat de Valencia, Calderón (en dos ocasiones), La Romareda, Carlos Belmonte, Heliodoro Rodríguez López y el último en hacerlo, Mestalla, con un nuevo récord de afluencia, 17.000 espectadores. Aunque la mayoría ha sufrido en algún momento de sus vidas deportivas la discriminación, los insultos machistas y la incomprensión, el horizonte que se abre en la actualidad es muy prometedor.
Vero Boquete (Santiago, 1987), recuerda con cierta amargura sus inicios, cuando, no hace tanto tiempo, siendo una niña, fue víctima de la discriminación por ser mujer. Una norma le impedía jugar con los niños. Pero ella quería ser futbolista profesional y lo consiguió. Poco a poco fue derribando muros, convirtiéndose en una de nuestras abanderadas del fútbol femenino por el mundo. Ha jugado en las mejores ligas (Estados Unidos, Rusia, Suecia, Alemania y Francia) y se ha convertido en ser la primera española candidata al Balón de Oro y también la primera que ha conquistado la Champions League.
Aunque Vero y algunas más como Irene Paredes y Virginia Torrecilla, permanecen fuera, más concretamente en Francia, muchas de las que se marcharon en los últimos años para ser profesionales han vuelto. Laura del Río vive sus últimos momentos como futbolista en el CD Tacón, al tiempo que alterna el fútbol con su puesto de vicepresidenta del Comité de Fútbol Femenino de AFE. Marta Corredera, ahora en el Atlético, Vicky Losada, que regresó al Barcelona, y Natalia Pablos, de nuevo 'alma mater' del Rayo Vallecano, volvieron esta temporada a España tras su exitoso paso por el Arsenal Ladies. Ellas, como Conchi Amancio, tuvieron que marcharse para progresar.
Ahora, en España, a las futbolistas se les empieza a dar el sitio que merecen. Iberdrola, desde esta temporada el patrocinador de la Primera División Femenina, ha traído el apoyo económico y el respaldo que el fútbol femenino necesitaba y la televisión está logrando introducir a este deporte en los hogares españoles.
Equipos como Atlético de Madrid y Barcelona, Athletic, Valencia, Levante, Real Sociedad... son profesionales y sus estructuras están integradas en sus respectivos clubes. El Barcelona alcanzó las semifinales de la Champions, lo más lejos que jamás llegó un equipo español de fútbol femenino en la máxima competición europea y el próximo mes de julio, la Selección disputará la Eurocopa de Holanda, dos años después de haber participado en su primer Mundial Absoluto, el de Canadá.
El fútbol nunca fue cosa de hombres, pero la conquista ha sido larga y dura. Este año se cumplen 50 años del nacimiento de AS y nuestro periódico ha sido testigo en todo este tiempo de una lenta pero imparable revolución. La mujer está conquistando la última gran barrera del machismo en el deporte: el fútbol.