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BARCELONA

Luis Enrique repite ritual de mimos con Iniesta

Después de su primera lesión de la temporada, dosificó su regreso dándole 45’ en su vuelta, una hora el partido después y la titularidad en el siguiente. Ahora casi ha calcado el proceso.

BarcelonaActualizado a
Iniesta recibe instrucciones de Luis Enrique durante un partido (archivo)
EFE

Osasuna - Barcelona en directo

Los medios ingleses y el recordado Andrés Montes lo bautizaron como sweet Iniesta. Rijkaard decía que jugaba repartiendo caramelos. A Iniesta, dulce y delicado, nadie le ha mimado más que Luis Enrique, que en las dos temporadas anteriores es el titular al que menos hizo jugar. En la 2014-15 no llegó los 3000 minutos y el curso pasado subió a 3652’ por exigencias del guión: la lesión de Rafinha y los tres torneos extras que jugó el Barça como consecuencia del triplete.

Iniesta ha sufrido dos lesiones esta temporada: una distensión en la cápsula posterior de la rodilla derecha en la ida de la Supercopa ante el Sevilla y la rotura parcial del ligamento lateral externo y de la cápsula posterior de la rodilla derecha. En las dos ha adelantado sus procesos de recuperación y en las dos Luis Enrique ha cuidado los tiempos de su vuelta: después de su primera lesión reapareció ante el Celtic y jugó 45 minutos. En el partido siguiente, ante el Leganés, participó en 65’ antes de ser sustituido por Denis. Al tercer partido, contra el Atlético de Madrid fue titular. Esta semana ha seguido el mismo ritual. 31 minutos contra el Madrid pese a que el manchego tenía la esperanza de ser titular (en ocasiones da la sensación de que el asturiano mira más por él que el propio Iniesta), una hora clavada de exhibición ante el Gladbach y lo siguiente, que será la titularidad en Pamplona. Es cierto que Luis Enrique casi repite este sistema con el resto de futbolistas, pero no con la misma precisión matemática. Umtiti, por ejemplo, reapareció hace unos días contra el Hércules en Copa y jugó 60’ el primer día.

Messi e Iniesta son los dos jugadores más singulares del Barça. Son paradójicos sus casos. El argentino quiere jugar todo y lo hace. Al manchego le gustaría hacerlo más, pero Luis Enrique no le deja. Le quiere fresco para que impresione como ha hecho en los dos últimos finales de temporada. El tiempo, en esto, siempre le ha dado la razón al entrenador del Barça. El ejemplo de la Eurocopa, cuando Del Bosque se cebó e hizo jugar a Iniesta los tres partidos de la primera fase por asegurar unos cruces fáciles que al final ni tuvo, es perfecto. Iniesta ni fue el mismo en el primer partido ante la República Checa que en el cuarto ante Italia. No estaba clarividente. Eso es lo que le da Luis Enrique con el sistemático control de sus minutos.