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ESPANYOL 1 - REAL SOCIEDAD 2

La ambición premia a la Real y castiga a un reservón Aguirre

Córdoba adelantó al Espanyol y Griezmann y Stuani, en propia puerta, marcaron los goles que dieron la victoria a la Real.

BarcelonaActualizado a
La ambición premia a la Real y castiga a un reservón Aguirre
Canal +

La Real, más ambiciosa, remontó a un Espanyol que se adelantó en el marcador y quiso vivir de rentas todo el partido, minimizando riesgos defendiendo en su propia área, pero lo que hizo fue darle vida a su rival. El destino además quiso premiar la apuesta donostiarra, pues el 1-2 fue obra de Stuani, un delantero, en propia puerta al no despejar bien en el área pequeña.

Aguirre repitió la fórmula que le llevó al éxito en Vallecas y alineó un equipo sin centrocampistas. Ni siquiera Víctor Sánchez, el futbolista más regular hasta el momento, jugó y cedió su lugar a Raúl Rodríguez: criterio por disciplina, presión por contención. Así el Espanyol apostaba de nuevo por defender y confiar su suerte a Sergio y Córdoba, los dos únicos jugadores con libertad para atacar.

Y resultó pegajosa la tela de araña que planteó el mexicano. La Real no ideó. Vela y Giezmann se diluyeron entre el color blanquiazul, omnipresente, como si los donostiarras estuviesen encerrados en una jaula. Ante la falta de espacios, hubo imprecisiones, errores, y de eso vive el Espanyol. Así llegaron las primeras ocasiones, la más clara, de David López, que erró en el mano a mano ante Bravo después de una combinación vertical entre Fuentes, Víctor y Sergio García.

Corría el minuto 25 y la Real sólo logró enchufarse gracias a Agirretxe, que dejó de estar aislado y cayó a bandas, descompensó la defensa perica y solo Casilla evitó el gol en dos lanzamientos con veneno. Pero cuando la Real estaba más cómoda, llegó el gol del Espanyol. Héctor Moreno lanzó un balonazo a Sergio, quien hizo magia. La dejó pasar entre las piernas y habilitó a Córdoba, que embocó a portería con una conducción bastante torpe, pero con todo el tiempo del mundo para fusilar a Bravo. El colombiano despierta al mejor Sergio porque tiene un gran desmarque, es fuerte, intuitivo. Cuando Aguirre lo sustituyó fue cuando el Espanyol perdió mordiente y peso en el partido.

Y eso ocurrió en el inicio del segundo tiempo. La Real comenzó a encontrar soluciones porque el Espanyol cada vez en encerraba más. Los centrales convivían en el área, junto a Casilla, y los de Arrasate empezaron a encontrar a Griezmann y Vela. Y de una de esas combinaciones llegó el empate. Era el minuto 68 cuando el mexicano puso un centro al corazón del área y Griezmann le ganó la espalda a Colotto y marcó de cabeza. La Real estaba desbocada y el Espanyol desorientado, lo peor que le puede pasar a un equipo que se basa en la disciplina. Agirretxe remató solo un saque de esquina que rozó el palo, Casilla sacó una internada de De la Bella y la zurda de Vela amenazó la meta perica.

Pero a la Real también le faltó empaque. Con el 1-1, el equipo perico dio un paso adelante y de la mano de Torje comenzó a merodear el área donostiarra. El choque se abrió y la suerte cayó del lado de los visitantes, quienes más habían arriesgado durante los 90 minutos. Un córner sacado en corto, a falta de tres minutos para el final, lo remata Rubén Pardo y Stuani, que intentaba despejar, la coló en la red de Casilla tras tocar en el larguero. Fue un justo resumen de lo que propuso el Espanyol, que acabó perdiendo por exceso de cautela.