VUELTA A ESPAÑA | 1ª ETAPA

BMC ganó al albero en la Vuelta

La escuadra estadounidense, campeona mundial de la disciplina, ganó la crono de Marbella, que no contó para la general individual, con 1" sobre el Tinkoff, a 53,4 km/h.

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BMC ganó al albero en la Vuelta
DANI SÁNCHEZ / LAVUELTA

El albero no devoró a ningún ciclista; ni siquiera se tragó un bidón. Nada amenazó a los corredores salvo la tentación de subirse a un yate (2.000 euros el amarre diario) o desparramarse sobre la tumbona de algún exclusivo beach club (25 euros la siesta). Pedalear sobre el pavés en un día de lluvia es ligeramente más peligroso que circular en bicicleta entre Puerto Banús y Marbella.

Vistas las espectaculares imágenes que nos dejó la contrarreloj, podríamos afirmar que los remilgos de los ciclistas no deslucieron la jornada, pero no sería del todo cierto. Ni la belleza del entorno ni el entusiasmo del público bañista nos hizo olvidar que se trataba de una etapa de fogueo.

Algo no cambió, por fortuna. En última instancia se impuso el equipo más valiente, el que asumió los riesgos que evitaron otros. El BMC estrenó el podio (algo caótico) de la Vuelta 2015 y el eslovaco Peter Velits saldrá hoy como el primer maillot rojo, aunque lo sea de forma oficiosa. Lástima que no fuera su compañero Samuel Sánchez el primero en cruzar la línea de meta. A los 37 años, el asturiano está poniendo un elegantísimo broche a su brillante carrera profesional, sin estridencias, pero sin respiros.

A falta de tiempos que poder contabilizar, la jornada concentró su interés en la reacción de los ciclistas ante las distintas texturas del piso: hormigón, asfalto, albero, mármol, adoquín y madera. No se apreció diferencia. Quienes quisieron disputar el triunfo se lanzaron hacia la meta con el mismo arrojo con que bajan los puertos más terribles. Así se empleó el Lotto Jumbo, durante mucho tiempo el mejor registro. Y así lo hizo también el Tinkoff, sorprendente cabeza de lista por apenas cuatro centésimas. De no ser por el BMC (también ganador en el Tour), Peter Sagan se hubiera vestido de rojo y habría compensado mínimamente sus cinco segundos puestos en el pasado Tour, catorce en el total de la temporada.

Condena. Sin embargo, la maldición es más pertinaz que su enorme talento. Por un suspiro (por un segundo, otro), el campeón de Eslovaquia se quedó sin liderato, sin triunfo y sin beso de las azafatas, deslumbrantes cuando se las pudo distinguir entre la multitud que taconeaba en el podio. Y ojo. Todavía peor que la derrota repetida es el mote que empieza a cuajar: Peter Segun.

El Movistar de Nairo Quintana y Valverde compitió con dignidad y perdió 24 segundos con el equipo ganador, seis segundos por delante del lujoso Astana; el Sky de Froome se manejó con más relax (léase pachorra) y cedió un minuto y once segundos, con Chris Froome haciendo la goma. Nada comparable, eso sí, al paseo que se dio Pierre Rolland arropado por sus compañeros del Europcar y silbando todos la melodía de Verano Azul; perdieron 2:15 en sólo siete kilómetros.

Hoy terminarán los homenajes a Chanquete. Los ciclistas afrontarán el primer final en alto de la carrera, una subida que no estará asfaltada con flores aunque su nombre así lo pueda sugerir: el Caminito del Rey. Será el momento de conocer las intenciones de cada uno y de calibrar las piernas de cada cual. Con pólvora acumulada y con tiempos por registrar. Pero sin albero.


Resumen - Etapa 1 (Puerto Banús / Marbella... por la_vuelta