Qhubeka significa progresar en idioma zulú. Y eso es lo que lleva haciendo este equipo sudafricano desde su irrupción en la élite. En 2013, su primer año continental-profesional, Ciolek ganó la Milán San Remo, 2014 fue el de su debut en una grande (en la Vuelta) y en la temporada 2015, en la que acaban de lograr su primer triunfo con Stephen Cummings en la Challenge de Mallorca, harán historia al ser el primer equipo africano (por invitación) en el Tour de Francia.

Patrocinados por una fuerte empresa de comunicaciones sudafricana (MTN) y la fundación Qhubeka, que (entre otros proyectos) reparte bicicletas en las zonas rurales, se han reforzado para dar un paso adelante. Y a su rebufo desarrollar el ciclismo africano. Si Boasson Hagen o Bos son las estrellas, la mitad de la plantilla (mayoría sudafricana) han nacido en ese continente.

Este año se ha incorporado a un director español, Álex Sans, exNetApp y en su momento masajista de confianza de Carlos Sastre: “El equipo se divide en dos bloques, los hombres rápidos y llegadores en los que se ha invertido, y los escaladores, gente muy joven. Los primeros deben aportar victorias y tranquilidad para que los segundos crezcan”. Objetivos para 2015: “20 victorias UCI, una en una grande y una gran clásica”.

Para ello mucho dependerá del buen papel de los africanos. “Tienen experiencia del centro de ciclismo de la UCI. Pero hay que pensar que no por traerlos a Europa y darles facilidades van a ser felices y rendir. Hay que hacer grupo, están lejos de su familia y en una cultura diferente”. De momento, ya generan expectativas. Bernard Hinault ha comparado su irrupción con la de los colombianos en los años 80.