Ohtani y el camino al GOAT
El japonés obró en el juego 4 frente a los Brewers una de las mejores actuaciones en la historia del deporte. Las comparaciones con Jordan se acumulan.
Cuando uno piensa en el mejor beisbolista de todos los tiempos, el primer nombre que llega a la cabeza es el de George Herman Ruth, el ‘Sultán del Bat’. Sin embargo, en la actualidad existe un unicornio llamado Shohei Ohtani que podría quedarse con el puesto del GOAT cuando todo esté dicho y hecho en los próximos años.
El pelotero japonés se ha encargado de romper variedad de récords en las Grandes Ligas con el bate y desde el montículo. Ahora, ‘Shotime’ apunta a ganar la Serie Mundial por segunda temporada consecutiva con Los Angeles Dodgers en un enfrentamiento contra los Toronto Blue Jays.
Desde temprana edad demostró vocación por el guante y el bate. Hijo de un pelotero amateur y una jugadora de bádminton, el deporte estaba en su sangre. Ohtani dominó a placer el béisbol estudiantil y a los 18 años firmó con los Nippon-Ham Fighters.
Las dudas existieron antes de llegar a EE. UU. Expertos consideraban que al jugar en Japón no tendría el mismo desarrollo que un pelotero formado en Ligas Menores. Su impacto fue tal que no pasó por las sucursales de los Angels tras firmar en 2017.
El éxito no llegó con los Angels, pese a ganar dos MVP. Se mudó al otro equipo de Los Ángeles tras seis campañas con un contrato récord: 700 mdd por 10 años. Su primer año fue exitoso: 50 HR y 50 SB en camino a ganar el Trofeo del Comisionado en 2024.
Ahora, Ohtani tuvo el mejor juego de postemporada para llevar a los Dodgers a la Serie Mundial tras ganar a los Brewers en el juego 4 del NLCS. Como pitcher consiguió 10 ponches. Como bateador, pegó tres home runs. Lo nunca visto en un mismo partido.
La actuación frente a los Brewers ocasionó una total rendición de la industria en torno al japonés. Y el asombro mundial. Los titulares se acumularon; todos, bajo el mismo tono: Ohtani logró la mejor actuación individual en la historia del deporte profesional, en todos niveles y en todas disciplinas. Y no es hipérbole.
Mookie Betts, compañero suyo en los Dodgers, coronó a su compañero como ‘el Michael Jordan del béisbol’. “Somos los Bulls y él es nuestro Jordan”, soltó. Sus palabras encontraron eco en leyendas como Magic Johnson y JJ Watt. “Nunca hemos visto nada como Ohtani”, dijo el exTexans.
Ohtani es una figura omnipresente en Japón. Todo trata sobre él. Está en anuncios en la calle, en el metro, en las tiendas. En figurines, en pósteres, en la televisión. Su leyenda se hizo más grande al guiar a Japón a ganar el Clásico Mundial de 2023.
En sólo un año, Ohtani hizo valer la inversión. Su impacto ha ido más allá del parque de pelota; patrocinios, mercancía, taquillas agotadas y el creciente turismo japonés lo han convertido en la cara de MLB. Pero Shohei es más que una figura comercial.
El nipón ha sacado provecho de la ‘Regla Ohtani’, que le permite doble función. No fue sólo el 10/3 de la NLCS; también impuso una nueva marca, el club del 50/50 (bases robadas y HR), y es el pelotero con más cuadrangulares en una campaña con Dodgers.
Mas allá de sus 280 home runs, sus mil hits, sus 669 carreras remolcadas, Shohei Ohtani se ha convertido en un ícono, dentro y fuera del terreno. Las hazañas del japonés nunca se han visto y será recordado toda la vida en el mejor béisbol del mundo.
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